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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Vacuna del neumococo

Esta vacuna previene las infecciones producidas por muchas familias de esta bacteria causante de otitis, neumonías y meningitis en los niños

Niño recibiendo una vacuna

¿Qué es el neumococo?

Es un germen, una bacteria, que puede producir infecciones graves. Existen cerca de 100 variedades (serotipos) de neumococo, de los que solo algunos pueden producir infecciones en los seres humanos.

Los más vulnerables son los niños pequeños por debajo de los 5 años y, en particular, los menores de 2 años; aunque también afecta a personas mayores, sobre todo mayores de 65 años o con enfermedades que predisponen a las infecciones por este germen.

¿Qué enfermedades produce el neumococo?

El nombre de esta bacteria proviene de su capacidad para producir neumonía, o sea, una infección en el pulmón, sobre todo en niños de menos de 5 años en los que es la primera causa de neumonía bacteriana. Pero también causa meningitis, una infección grave, incluso mortal, de las meninges o cubiertas que rodean al cerebro, que es más frecuente en los niños más pequeños, por debajo de los 2 años, y que puede dejar secuelas. Puede provocar además bacteriemia, que es una infección de la sangre y que da lugar a fiebre elevada. Además, produce otras infecciones no tan graves, pero más frecuentes, como sinusitis y otitis. El neumococo es la segunda causa de otitis bacteriana en la infancia.

¿Cómo se contagia la enfermedad?

Este germen se encuentra habitualmente en la nariz y en la garganta, sobre todo de niños pequeños, en los que hasta la mitad son portadores, o sea, que lo tienen y lo transportan aunque no les produzca enfermedad. La bacteria entra por la boca o la nariz y desde allí puede invadir el oído, el pulmón, la sangre o las meninges, y causar enfermedad.

¿Quién es más susceptible a estas infecciones por neumococo?

El neumococo puede afectar a cualquier niño sano, pero, como se ha comentado, las infecciones graves son más frecuentes en los menores de 2 años, debido a que su sistema de defensa frente a las infecciones no ha madurado lo suficiente para hacer frente a este tipo de gérmenes.

Algunos niños mayores y adultos con enfermedades crónicas cardiopulmonares, diabetes mellitus, ausencia del bazo o con infección por el virus del sida, u otras enfermedades que disminuyen las defensas, están más predispuestos a ser atacados por esta bacteria.

¿Por qué debo vacunar a mi hijo contra al neumococo?

Porque la vacunación es segura y eficaz en la prevención de las enfermedades graves por neumococo, como la meningitis, y sus secuelas. También puede disminuir la probabilidad de padecer neumonía y otitis.

Aunque las vacunas actuales no protegen frente a todas las variedades de neumococo, son eficaces frente a las más habituales.
Esta vacuna forma parte del calendario infantil en la mayor parte de los países europeos. La Asociación Española de Pediatría recomienda la vacunación universal frente al neumococo de todos los menores de 5 años.

¿Qué vacunas existen frente al neumococo?

Las vacunas actuales están preparadas para que sean eficaces también en niños menores de 2 años, que son los más vulnerables. Disponemos en la actualidad de 3 vacunas: una que protege frente a 10 serotipos (10-valente), otra que lo hace frente a 13 serotipos (13-valente) y otra frente a 15 y una de 20 que se aprobará próximamente. Las de 13 y 15 (y la 20, cuando esté dsiponible) sustituyen a la de 7 serotipos que se utilizó anteriormente y son las recomendadas por la Asociación Española de Pediatría para nuestro país.

En personas con un riesgo alto de padecer infecciones graves por el neumococo, tanto adultos como niños mayores, puede estar indicada, además, otra vacuna, de 23 serotipos, que no es eficaz en los menores de 2 años y que no se emplea habitualmente en niños sanos.

¿Cómo se vacuna del neumococo?

Si se vacuna a la gran mayoría de los niños, como ocurre cuando la vacuna está incluida en el calendario de vacunación de un país, la pauta es de 3 dosis, a los 2, 4 y 11 meses de edad.

Esta vacuna puede administrarse a la vez que el resto de las del calendario.

En niños de alto riesgo, con enfermedades como las que hemos mencionado previamente que predisponen a las infecciones graves por el neumococo, las pautas recomendadas añaden a la vacunación con las de 13 y 15 serotipos, la administración de la vacuna de 23 serotipos, a partir de los 2 años.

¿Qué debo hacer si se ha olvidado una dosis?

Continuar con el calendario de vacunación, sin necesidad de reiniciarlo. Según la edad en que se retome la vacunación, puede estar indicado administrar alguna dosis menos, por lo que conviene consultar con el pediatra.

¿Son intercambiables las diferentes vacunas?

Las vacunas de 10, 13 y 15 (y la de 20, cuando esté disponible) serotipos no tienen la misma composición y, ante la ausencia de estudios que lo avalen, no deberían intercambiarse.

En cualquier caso, si hay dudas acerca de la compatibilidad de estos preparados o de cómo completar un calendario de vacunación de un niño, es recomendable consultar al pediatra.

¿Cuándo está contraindicada la vacuna?

No deben vacunarse aquellos niños que hayan presentado una reacción alérgica grave (anafilaxia) en una dosis previa o que sean alérgicos a alguno de los componentes incluidos en ella.

En los niños que presenten una enfermedad aguda grave debe retrasarse la vacunación hasta su mejoría.

Un catarro o una enfermedad leve no son motivos para retrasar la vacunación.

¿La vacuna antineumocócica produce algún efecto indeseable?

Esta vacuna es segura, no puede producir la enfermedad, y las reacciones más frecuentes son leves, como dolor, enrojecimiento e hinchazón en la zona de la inyección, somnolencia, irritabilidad, disminución del apetito o fiebre moderada en las horas siguientes a su administración. Las reacciones graves son muy poco frecuentes.

Artículo compartido con el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría. 

Artículo publicado el  
8-7-2011, revisado por última vez el 3-1-2024
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.