La dislexia es un trastorno en la lectura o en la escritura que se da en niños con buena capacidad para aprender, en un entorno bien estimulado. Además, las dificultades en la lectura y en la escritura son reiteradas y no se corrigen en el tiempo.
La dislexia se puede diagnosticar hasta en el 5% de la población escolar. Esto indica que en un aula de 20-25 alumnos, al menos, hay un caso. Aunque la sospecha inicial puede tenerla la familia o el profesorado, debe ser un orientador escolar (pedagogo, psicólogo o psicopedagogo) quien haga el diagnóstico. La evaluación se realiza por medio de pruebas estandarizadas (test) que verifiquen dicho trastorno.
La dificultad y la lentitud en la lectura y en la escritura pueden ser habituales. No obstante, los siguientes datos deben alertar de la necesidad de consultar con el orientador escolar.
Si alguno de los padres ha tenido este trastorno, la probabilidad de padecer dislexia de sus hijos es mayor que en la población general. Alrededor del 60% de los niños disléxicos tienen un progenitor también disléxico.
Aunque la dislexia tiene su origen en una disfunción cerebral, la reeducación permite mejorar y corregir muchos de estos errores. Cuanto antes se inicie el tratamiento, mejor pronóstico tendrá. Aunque deben ser los especialistas (logopedas, profesorado especializado en apoyo escolar, psicólogos, pedagogos) los encargados de reeducar, los padres tienen también un importante papel en casa.
En ocasiones, estos problemas se pueden observarse en niños que presentan otros problemas, como déficit de atención o problemas del desarrollo o del aprendizaje en general, por lo que puede ser necesario llevar a cabo una valoración clínica.
Dado que estos niños tienen dificultades escolares es necesario potenciar su autoestima, haciéndoles partícipes de sus avances y logros, sin enfados ni presiones.
Con frecuencia sienten rechazo por los deberes o las tareas de lectura y escritura, por lo que es aconsejable buscar juegos o métodos interactivos de ordenador. En la Red existen gran cantidad de páginas y blogs que trabajan la reeducación. El color de las imágenes y la música, además de la autocorrección, sirven para mejorar la actitud y disposición y por tanto contribuyen a la mejoría de la dislexia.
Otros juegos que ayudan a adquirir una buena conciencia fonológica y a mejorar los errores pueden ser: