La escarlatina es una faringoamigdalitis aguda (anginas) asociada a un exantema (erupción en la piel). La causa una bacteria llamada estreptococo betahemolítico del grupo A y el exantema se debe a una sustancia (toxina) que producen algunas familias de esta bacteria. En casos más raros, la escarlatina se puede producir a consecuencia de la infección de una herida por este microbio, sin faringoamigdalitis acompañante.
Fiebre de comienzo brusco de 3 a 5 días de duración. Dolor de garganta, inflamación de las amígdalas y de los ganglios del cuello. El exantema característico aparece a las 12-48 horas de la fiebre y consiste en una erupción cutánea difusa micropapular (granos de muy pequeño tamaño), rasposa, que da a la piel un aspecto de “papel de lija o piel de gallina” sobre un fondo enrojecido. La erupción se inicia en el cuello y la cara (respetando la zona de alrededor de la boca) y luego se extiende al tronco y las extremidades, de arriba hacia abajo. Es más intensa en los pliegues (axilas, ingles, flexuras) y puede producir picor. La lengua a veces toma un color aframbuesado o blanquecino. El exantema dura de 3 a 7 días y al desaparecer puede descamarse la piel, empezando también por el cuello y la cara (de arriba hacia abajo). Otros síntomas que pueden aparecer son vómitos, dolor de cabeza, dolor abdominal, escalofríos, falta de apetito y decaimiento. El periodo de incubación, desde el contagio hasta la aparición de los síntomas, es de 2 a 5 días.
Principalmente a niños de entre 2 y 8 años.
El contagio ocurre a través de gotitas de secreciones respiratorias a partir de la persona enferma o de un portador sano (persona portadora del estreptococo que no tiene síntomas). La escarlatina es más frecuente en invierno y primavera.
Existen al menos tres tipos diferentes de toxina productora de exantema, de manera que una misma persona puede sufrir varios episodios de escarlatina por toxinas frente a las que no ha creado anticuerpos aún.
El diagnóstico generalmente se realiza con la entrevista clínica y la exploración física. En algunos casos el pediatra podrá solicitar un análisis rápido de estreptococo o un cultivo de una muestra de la garganta.
Al igual que en la faringoamigdalitis estreptocócica (anginas) el tratamiento de elección es un antibiótico (habitualmente la penicilina o bien amoxicilina) durante 10 días. Además se pueden administrar antitémicos o analgésicos para mejorar los síntomas como la fiebre o el dolor.
Cuando desaparezca la fiebre y al menos 24 horas tras el inicio del tratamiento antibiótico. Para evitar el contagio es aconsejable el lavado de manos frecuente.
La fiebre reumática y la afectación del riñón (glomerulonefritis postestreptocócica) son complicaciones reconocidas de las infecciones por estreptococo en individuos con predisposición genética. En la actualidad estas complicaciones son excepcionales.