Los trastornos en la forma y tamaño del cráneo de los bebés son un problema relativamente frecuente y generalmente benigno. Con mucho, la causa más frecuente es la plagiocefalia posicional o postural, pero es importante reconocer los niños afectados por una craneosinostosis verdadera, ya que el tratamiento y el pronóstico son muy diferentes.
La plagiocefalia posicional es una deformidad de la cabeza del bebé producida por una postura determinada que actúa modificando la forma de la cabeza del niño.
Se trata de una deformidad de la parte posterior de la cabeza, que se produce en los primeros meses de vida, consistente en el aplanamiento de la región occipital e incluso parietal, y una serie de deformidades compensatorias (secundarias), consistentes en abombamiento de la región occipital del lado contrario, adelantamiento y descenso de la oreja y abombamiento de la frente del mismo lado de la deformidad.
La forma del cráneo es la de un paralelogramo, como se aprecia en la imagen.
La craneosinostosis es una deformidad de la cabeza del bebé que se produce por el cierre precoz indebido de las suturas que separan los huesos del cráneo de un bebé, lo que impide que el cráneo crezca de forma normal. La forma de la cabeza depende de qué suturas están afectadas. La craneosinostosis occipital es muy poco frecuente, aproximadamente 3 de cada 100.000 nacimientos (0,003%).
La deformación de la cabeza en la plagiocefalia posicional se produce por algo externo que actúa en la cabeza del niño:
Los niños deben dormir boca arriba y los padres pueden alternar la postura de su cabeza hacia el lado izquierdo y hacia el derecho… al menos mientras se dejen.
Cuando esté despierto, es recomendable que el niño esté boca abajo durante algún tiempo. También es bueno tenerlo en brazos y jugar con él, evitando así apoyos prolongados de la cabeza en la misma posición.
El bebé debe estar poco tiempo en las sillitas en las que mantiene una postura fija de la cabeza. Esta situación es más evidente en las sillas que se utilizan indistintamente para su reposo y como dispositivos de retención en los automóviles.
La deformidad postural no produce ninguna alteración neurológica que pueda afectar al cociente intelectual ni mientras sea un bebé ni en el futuro. O sea, que no afecta al cerebro ni a sus funciones.
Más información en nuestro artículo: Plagiocefalia postural: diagnóstico y tratamiento