En los bordes de los párpados existen muchas glándulas sebáceas que producen una sustancia que, junto con las lágrimas, lubrican el ojo. Los problemas de los párpados más frecuentes en los niños son el orzuelo, el chalazión y la blefaritis.
Es la infección de las glándulas sebáceas de los párpados producida, generalmente, por una bacteria llamada estafilococo. Rápidamente, aparece un bulto, algo enrojecido y doloroso. Puede localizarse en el borde interno del párpado, con la punta hacia dentro (orzuelo interno) o en el borde externo y con la cabeza hacia fuera (orzuelo externo).
El diagnóstico es clínico (sin necesidad de pruebas complementarias) ya que se ve claramente.
La mayoría de los orzuelos curan espontáneamente sin tratamiento. La aplicación de compresas calientes varias veces al día puede ayudar a desobstruir la glándula; hay que asegurarse de que no estén muy calientes para evitar quemaduras. Si no mejora, hay que consultar al médico quien valorará si es necesario aplicar una pomada con antibiótico o hacer una pequeña incisión para que salga el contenido de la glándula.
Es una inflamación más duradera de las glándulas sebáceas del borde interno del párpado. En el párpado superior o inferior, aparece un bulto duro, que no duele. Suele ser mas crónica, no tan aguda como el orzuelo interno que sí está inflamado y duele.
El diagnóstico es clínico, pues se ve y se toca.
El tratamiento no suele ser necesario ya que tienden a desaparecer espontáneamente. Solo si alteran la visión o si plantean problemas estéticos importantes, habría que derivarlos al oftalmólogo para extirparlos.
Se produce inflamación de todo el borde palpebral, que puede estar rojo, con escamas secas y pegadas o con costras difíciles de despegar. Puede producir picor e irritación de los ojos. Suele afectar a los dos ojos, de forma persistente o intermitente.
El diagnóstico es clínico y puede manifestarse de varias maneras:
Menos veces la blefaritis puede ser producida por alergia o por infecciones por virus.
El tratamiento en las dos formas consiste en limpiar el borde del párpado con un bastoncillo de algodón húmedo para retirar las escamas o las costras. La blefaritis estafilocócica se trata con la aplicación de un antibiótico sobre el borde de los párpados.
La pediculosis palpebral es una forma de blefaritis debida a la presencia de piojos o liendres en el borde del párpado y las pestañas. Se eliminan con una pomada de vaselina oftálmica, y retirando las liendres. El pediatra debe valorar la posibilidad de que se trate de una enfermedad de transmisión sexual.
Hay niños que tienen tendencia a padecer orzuelos y blefaritis. Algunas medidas sencillas pueden ayudar a evitar que esto ocurra: