Las quemaduras térmicas son aquellas que se producen por contacto con llamas, fuego u otras fuentes de calor.
Son características de los niños en edad preescolar (3-6 años). Los mecheros y las cerillas son objetos que llaman mucho la atención de los niños. En los adolescentes, sobre todo varones, son frecuentes las quemaduras por elementos pirotécnicos y petardos.
El contacto con el fuego y otras fuentes de calor pueden provocar quemaduras de 2º y 3er grado, con graves secuelas estéticas y funcionales. Además, ponen en riesgo la vida del paciente cuando la superficie corporal afectada es extensa o si se inhala humo.
Los petardos, bengalas y otros elementos pirotécnicos suelen ocasionar daños en manos, cara y ojos.
Si la quemadura se ha producido por un incendio que no se puede apagar porque es muy grande o hay mucho humo en la casa, lo principal es evacuar y salir al exterior sin utilizar el ascensor. En los incendios muchas personas mueren por inhalación de gases y humos.
Si no es así, el objetivo principal es evitar la quemadura o disminuir su gravedad:
1. Eliminar la causa de la quemadura:
Si una persona tiene llamas sobre su cuerpo, apagarlas cubriéndolo con una manta o haciéndolo rodar por el suelo.
Quitar anillos, relojes y pulseras.
2. Enfriar la quemadura aplicando agua fresca (nunca hielo) durante 10 o 20 minutos.
3. Avisar al 112 y seguir sus instrucciones.
4. Retirar la ropa que no esté pegada a la piel y cubrir la quemadura con gasas estériles o sábanas limpias, dejándolas flojas para que no se peguen a la piel.