El lenguaje es la forma de comunicación con los demás. Ya desde que es un bebé, el niño se puede comunicar antes de decir palabras. El habla es la expresión verbal de la comunicación. Los niños aprenden a comunicarse desde los primeros días y, de forma progresiva, van desarrollando el habla.
El aprendizaje del habla despierta mucho interés en los padres y es uno de los aspectos del desarrollo que se supervisan en los exámenes de salud, durante la primera infancia.
En el desarrollo del lenguaje del niño influyen factores como la herencia, la familia, el ambiente en el que se desarrolla y la escolarización.
En los primeros años, los niños desarrollan el lenguaje junto con otros aspectos del desarrollo. Evolucionan de diferente manera, pero en general son capaces de hacer ciertas cosas a determinadas edades:
El niño se sobresalta ante los ruidos, busca la fuente de los sonidos y emite sus propios sonidos en forma de balbuceos y arrullos (vocalizaciones A-E). Cuando crece, por lo general a los 9 meses, es capaz de unir sonidos y decir palabras como mamá o papá, aunque no entienda el significado.
Aumenta el balbuceo utilizando más sonidos, imita algunos sonidos y palabras y dice una o más palabras. Es capaz de entender órdenes sencillas.
Hacia los dos años tiene un vocabulario de entre 20 y 50 palabras, comienza a combinar palabras y es capaz de señalar partes de su cuerpo y objetos habituales, así como de seguir instrucciones de dos pasos (coge el juguete y dámelo).
Aumenta el número de palabras, dice frases de tres a cinco palabras.
Aumenta la comprensión (entiende lo que es encima de la mesa y debajo), comprende algunos verbos y se puede entender gran parte de su habla.
El retraso del habla y el lenguaje es el retraso del desarrollo más frecuente. Alrededor de uno de cada cinco niños aprende a hablar más tarde que otros niños de su edad. A veces es difícil diferenciar entre lo que es normal y tan solo se trata de inmadurez en el desarrollo, de aquello que es un problema y por lo tanto precisa ser valorado por un especialista.
Cuando se habla de que un niño tiene un retraso del habla es porque su forma de hablar es peor, de forma significativa, que la de los niños de su misma edad. Un niño puede tener retraso del habla y posteriormente desarrollar el habla de forma más lenta. O puede ocurrir que el retraso del habla sea un síntoma más de otros problemas del desarrollo que se asocian con retraso del habla.
Los niños con retraso del habla precisan ser diagnosticados y tratados de forma temprana.
Hay muchas causas.
Un niño puede tener un desarrollo normal, pero no hablar. Esto a veces es debido a alteraciones de la boca, la lengua o el paladar.
En ocasiones, el retraso del lenguaje puede ser el signo de otro problema más importante como la pérdida de audición, retrasos del desarrollo en otras áreas o incluso un trastorno del espectro autista.
Problemas de la audición. Un niño que tiene problemas para oír, tiene problemas para comprender, imitar y utilizar el lenguaje.
Cuando el niño habla mal y emplea poco vocabulario, pero el resto de su desarrollo, tanto mental como de los sentidos, es normal, se trata de un retraso simple del habla. Los retrasos simples del habla son, por lo general, temporales. Habitualmente son de causa hereditaria y madurativa.
El retraso del lenguaje en los niños pequeños a veces es señal de un problema de aprendizaje, que se manifestará como dificultades al comienzo de la lectoescritura. Es el llamado retraso global del lenguaje.
Si un niño tiene un retraso del lenguaje se debe solicitar que sea estudiado por un especialista.
El especialista en lenguaje valorará el lenguaje del niño y el habla. Para hacerlo se pueden utilizar escalas y tests que midan el lenguaje del niño y lo que se considera normal.
También hay que evaluar:
La primera persona a quien acuden las familias es al pediatra. Ante la sospecha de alteración del lenguaje los niños son valorados por el médico especialista en foniatría, que es el profesional encargado de los trastornos del lenguaje, habla, voz y audición.
El desarrollo del habla depende, entre otros aspectos, del entorno.
La estimulación sensorial, especialmente la auditiva, es muy importante para que el niño aprenda.
Algunas recomendaciones para la familia:
En niños con dificultades del habla, la comunicación en varios idiomas puede ser perjudicial. El bilingüismo normalmente no es el responsable de los retrasos, pero tampoco ayuda a perfeccionar la capacidad expresiva.
Si existe un problema del lenguaje, habla, audición o del desarrollo, la intervención temprana es necesaria para ayudar al niño. Los padres pueden aprender qué es lo que le ocurre y cómo ayudarle.