

También llamado exantema toxoalérgico, es una erupción cutánea benigna frecuente en la época neonatal. Suele aparecer a los 2-3 días de vida, aunque hay casos en los que puede ocurrir más tarde.
Su causa exacta se desconoce. Se trata de una activación del sistema inmune del bebé, por lo que no es contagioso, pero no hay una teoría confirmada sobre por qué se produce.
Aparecen pequeños “granitos” rojos, sobreelevados (en ocasiones con algo de líquido en su interior) que afectan principalmente al tronco y a la cara. No suelen afectar a las palmas ni las plantas. No produce otros síntomas, presentando el bebé buen estado general.
El diagnóstico es clínico, no precisando ninguna prueba complementaria.
El exantema toxalérgico se resuelve solo, no siendo necesario ningún tratamiento ni cambio en el cuidado de la piel. Se debe lavar e hidratar la piel del bebé de la manera habitual.
Es una entidad benigna y autolimitada. Suele desaparecer al cabo de, aproximadamente, una semana.
Se debe consultar con el pediatra si pasan los días y los granitos empeoran, tienen mal aspecto, el niño tiene fiebre, está muy dormido o irritable o bien si le preocupan especialmente.