La fiebre es un motivo de consulta muy frecuente, tanto en atención primaria como en los servicios de urgencia hospitalarios. La mayoría de las veces está causada por enfermedades víricas o bacterianas leves, pero un pequeño porcentaje puede corresponder a una infección grave. Muchos estudios buscan qué datos pueden ser de ayuda para diferenciar los niños que tienen una enfermedad que precisa tratamiento de los que no.
Un estudio reciente mide la fiebre de los niños menores de 5 años, cuando consultaban en un servicio de urgencias y también tiene en cuenta la fiebre referida por los padres. Se incluyeron en el análisis 15 781 episodios febriles, con una temperatura de 38 ºC o más en las últimas 24 horas.
Encontraron que había niños que con fiebre elevada tenían una infección bacteriana, pero que podía haber niños con una infección de este tipo y que, en cambio, la fiebre no fuese tan elevada.
Por lo tanto, parece que el grado de fiebre, por sí solo, no es un dato suficiente que indique si el niño tiene una infección bacteriana o no.
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