El sarampión es una enfermedad infecciosa y muy contagiosa, producida por un virus, y que se caracteriza por fiebre alta y un sarpullido en la piel.
Afecta sobre todo a niños y adultos jóvenes, aunque afortunadamente desde el comienzo de la vacunación universal, la enfermedad es cada vez menos frecuente en países como el nuestro, donde ya solo se registran casos importados y se ha considerado eliminada en 2017.
Los objetivos propuestos por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2010, en relación al sarampión, fueron:
Sin embargo, no se han conseguido todos los objetivos. La realidad actual es la siguiente:
Pese a los avances, parece difícil lograr los objetivos propuestos para 2020. Las necesidades actuales se centran en: