Las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TICs) tienen innumerables beneficios, pero también algún que otro nuevo problema como el ciberacoso y el grooming.
Es imprescindible educar en el uso seguro y responsable de estas tecnologías y de sus posibles riesgos.
Deben conocer las nuevas TICs, especialmente las utilizadas por sus hijos, e involucrarse en el uso que hacen de las mismas. Pueden hacerlo jugando con ellos u observándolos cuando juegan para comprender cómo funcionan y a qué se exponen.
Comunicación abierta con los hijos abordando el uso de las TICs, de los beneficios y los riesgos.
Preguntar periódicamente con quién juegan online, de la misma forma que los padres controlan con quién juegan en la calle o en el colegio.
Supervisar evitando ser intrusivos y teniendo en cuenta la edad, cuanto más pequeño mayor supervisión.
Los ordenadores con webcam y acceso a internet deben estar en zonas comunes de la casa.
Establecer tiempo y horario para el uso de internet y de las TICs.
Educar en el uso responsable y seguro de internet:
Difusión responsable de imágenes (no enviar a desconocidos, ni colgar según qué imágenes).
Preservar la intimidad, no revelando determinada información en la red.
No clicar sobre enlaces extraños.
Ayudar al hijo a gestionar las emociones en la red.
Informar al hijo de que ellos están a su disposición para ayudarlo en cualquier situación conflictiva. Los padres deben saber gestionar sus propias emociones para ser efectivos en el apoyo a su hijo.
Ser responsable en el uso de las TICs, respetando a los demás.
Autoprotegerse preservando la intimidad, por lo que no deben enviar información ni imágenes que le pudieran comprometer en el presente ni en el futuro.
Que sepan que un uso inadecuado de las TICs, como es el ciberacoso, tiene consecuencias legales.
Si son testigos de ciberacoso, tienen la responsabilidad de informar a un adulto para que pueda intervenir y lograr su cese.
Evitar contactar con desconocidos y jamás citarse con ellos sin comentarlo previamente a los padres.
Si se siente amenazado en la red, no responder, sino guardar la información (pantallazo) por si en un futuro lo necesitara para probar lo ocurrido.
No abrir mensajes enviados por acosadores o desconocidos.
Ante una dificultad o acoso en la red, el adolescente debe saber que dispone de un adulto responsable que le puede ayudar, como pueden ser los padres u otro familiar, el médico, un docente, etc.