Es la inflamación del hígado causada por el virus de la hepatitis A. Los síntomas más frecuentes son malestar, náuseas, dolor abdominal y posteriormente ictericia (coloración amarillenta de la piel), heces blanquecinas y orinas oscuras. En los niños más pequeños (menores de 6 años) la infección con frecuencia pasa desapercibida y sin ictericia en el 90 % de los casos, siendo, sin embargo, fuente de contagio para otros. La enfermedad no tiene tratamiento y suele curar despacio pero completamente, aunque en raros casos se produce una enfermedad grave (hepatitis fulminante). En los niños más pequeños la infección con frecuencia pasa desapercibida, siendo, sin embargo, fuente de contagio para otros.
Se contagia por vía fecal-oral, a través del contacto directo con personas infectadas. El mayor riesgo lo tienen los contactos domiciliarios de enfermos y también por contacto en guarderías, colegios, campamentos, etc. Es posible también la transmisión indirecta a través del agua o de alimentos contaminados. Existen otros modos de transmisión menos frecuentes, como a través de transfusiones de sangre o hemoderivados, uso compartido de jeringuillas o determinadas prácticas sexuales. Es muy importante tener esto presente cuando se viaja a países donde la HA es endémica. Ver el tema hepatitis.
Se previene a través del saneamiento correcto del agua, el lavado de alimentos vegetales frescos y de las manos, y a través de la vacunación.
La AEP recomienda la vacunación en los siguientes casos:
La inmunización contra la hepatitis A se incluye en el calendario de vacunación de Ceuta y Melilla, dada la importante circulación del virus en África. Asimismo, se administra en Cataluña, a los 15 meses y los 6 años de edad, y se rescata a los 12 años a los no vacunados anteriormente o que les falte una dosis.
Hay varias vacunas disponibles en forma de preparados con este único componente y también combinada con la vacuna de la hepatitis B. Son vacunas compuestas por virus inactivados (no son “vacunas vivas”), se podrían administrar a embarazadas e inmunodeprimidos. Se administran como inyectable.
La vacuna de la hepatitis A protege desde que se recibe una sola dosis, pero la segunda alarga la duración de la protección probablemente para toda la vida. Las vacunas son intercambiables, auqnue es mejor completar la pauta con el mismo preparado.
Hay que tener 1 año cumplido para recibir esta vacuna, aunque si se viaja a países de riesgo esta vacuna se podría administrar a lactantes de 6 a 11 meses de edad, pero no contaría como administrada y a partir del año debería recibir las 2 dosis de esta vacuna. Se deben poner 2 dosis separadas por un intervalo de, al menos, 6 meses. Se inyecta por vía intramuscular en el muslo en los niños más pequeños que todavía no andan y en el brazo en los mayores. La vacuna de la hepatitis A se puede administrar simultáneamente con otras vacunas del calendario habitual.
La segunda dosis de vacuna puede ponerse en cualquier momento, sin necesidad de volver a reiniciar la pauta.
Solo en casos de reacción alérgica grave tras la primera dosis. No se recomienda la vacunación en niños menores de 1 año, salvo la excepción comentada.
La vacuna frente a la hepatitis A es segura y bien tolerada. Como ocurre con otras vacunas, existe la posibilidad de presentar reacciones locales leves como enrojecimiento o dolor en el lugar de la inyección y, con menor frecuencia, fiebre o malestar.
[Artículo compartido con el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría]