La varicela es una enfermedad infecciosa vírica muy frecuente en los niños, pero que prácticamente acaba pasando todo el mundo, salvo que se esté vacunado.
Se manifiesta fundamentalmente con fiebre moderada y una erupción característica en la piel, que provoca picor. Se contagia por el aire o por contacto directo.
La complicación más frecuente es la sobreinfección por bacterias de las lesiones de la piel que, en ocasiones, puede dar lugar a infecciones más profundas y graves. Otras complicaciones poco frecuentes son la ataxia cerebelosa (incapacidad temporal para mantener el equilibrio) y la neumonía. La varicela es muy peligrosa en personas con las defensas bajas.
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En efecto, la AEP recomienda la vacunación frente a la varicela para todos los niños desde el año 2000, con una primera dosis de vacuna alrededor de los 15 meses y una segunda dosis entre los 3 y los 4 años de edad, preferiblemente esta en forma de tetravírica (ver más adelante). En niños y adolescentes que no hayan padecido la varicela, ni hayan sido vacunados con anterioridad, también se recomienda la vacunación con dos dosis.
Para evitarles una enfermedad molesta que en algunas ocasiones puede tener complicaciones graves y también prevenir que se la puedan transmitir a otras personas. En caso de contacto con un enfermo, si se recibe la vacuna precozmente también puede evirtar que se desarrolle la enfermedad.
Hay comercializadas en España dos vacunas similares: Varivax y Varilrix. Ambas vacunas pueden administrarse a partir de los 12 meses de edad (en algunas circunstancias especiales este límite puede adelantarse a los 9 meses, si así lo decide Salud Pública).
Hay otra vacuna combinada que contiene, en un solo preparado, el componente frente a la varicela junto con los de la vacuna triple vírica. Se llama tetravírica o SRPV y proteje contra el sarampión, la rubeola, las paperas (parotiditis) y la varicela. La tetravírica se suele emplear solo en la dosis de refuerzo, pues en los de menos de 2 años puede dar más fiebre y, si son propensos, desencadenar una crisis febril.
Se inyecta por vía subcutánea. La primera dosis a los 15 meses y la segunda a los 3-4 años, aunque esta puede aplicarse pasados 1-3 meses de la anterior.
Si no se ha administrado antes ni se ha pasado la enfermedad, a los 12 años se ofrece la vacunación, también con 2 dosis, separadas, al menos, 1 mes. Todos los adolescentes deben estar inmunizados (por la enfermedad natural o la vacunación) al acabar la etapa infantil.
Sí, puede administrarse a la vez que cualquier otra vacuna. Si toca administrar también la vacuna triple vírica (sarampión, rubeola y paperas), pueden administrarse a la vez o bien separarlas, al menos, 1 mes, pero con las demás no es necesario este intervalo y se pueden poner el mismo día o con cualquier separación de tiempo.
Las reacciones asociadas a la vacunación son poco frecuentes y todavía menos en la segunda dosis. Las más habituales son: dolor, picor y enrojecimiento en el lugar de la inyección y fiebre escasa entre 5 y 12 días después de recibirla. Raramente puede observarse, entre 1 y 4 semanas tras la administración, un sarpullido de tipo variceloso (ampollas pequeñas o granos) con pocas lesiones, en la zona de la inyección.
Además de las contraindicaciones generales de todas las vacunas, es decir, reacción alérgica grave (anafilaxia) tras una dosis previa o bien alergia grave conocida a alguno de sus componentes, la vacuna de la varicela, por ser una vacuna viva, está contraindicada en general en las situaciones de inmunodeficiencia (defensas bajas) y en el embarazo.
[Artículo compartido con el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría]