El virus del papiloma humano (VPH), también llamado papilomavirus, es un germen muy extendido que afecta a más de la mitad de las personas que tienen relaciones sexuales, aunque en la gran mayoría de ellas no les provoca ningún problema y vencen la infección genital sin tan siquiera haberla notado.
Solo cuando persisten los virus durante muchos años (20-30) en el organismo y si son de determinadas familias concretas (tipos oncogénicos) es cuando pueden provocar un tumor maligno: el cáncer de cuello de útero o cérvix uterino y vulva en mujeres, el cáncer de pene en varones y otros tumores en ambos sexos, como los orofaríngeos y los anales.
Otro problema que provocan estos virus son las verrugas genitales, que son benignas, pero molestas, costosas y frecuentes, afectando también a ambos sexos.
Respecto al cáncer de cuello uterino femenino, el papel de los hombres es el de transmisores del virus, aunque cada vez se diagnostican más cánceres genitales y de otras localizaciones en los varones provocados por el VPH. La mayor parte de los tumores malignos de garganta son también provocados por estos virus y afectan más a los hombres que a las mujeres. Las verrugas genitales, mucho más frecuentes, las padecen ambos sexos.
Sí. La asociación de pediatras recomienda esta vacunación en todas las chicas y chicos adolescentes que vivan en España y propone que sea, para todos, a los 10-12 años de edad.
La vacunación es eficaz especialmente si no se ha producido la infección y esto solo puede garantizarse cuando aún no se han iniciado las relaciones sexuales. Por esta razón, son los preadolescentes y adolescentes los que potencialmente resultarán más beneficiados de los efectos preventivos de la vacuna.
La vacunación no protegerá frente al tipo que haya infectado a una persona, pero si frente a los otros tipos que contienen las vacunas (la vacuna que se utiliza mayoritariamente en España contiene 9 tipos distintos). Por lo tanto se recomienda vacunar a pesar de que ya haya habido una infección por VPH.
En la actualidad hay dos vacunas en el mercado, Cervarix y Gardasil 9; las dos protegen contra los dos tipos de papilomavirus que con mayor frecuencia (70-80 %) son causantes del cáncer (el 16 y el 18). Gardasil 9 aumenta la protección a más del 90 % al añadir 5 tipos más que Gardasil y Cervarix. Las personas vacunadas desarrollan defensas que evitan la infección por estos virus en caso de contacto, aunque hay que tener presente que no todos los papilomavirus implicados en los tumores están contenidos en las vacunas disponibles hoy en día.
Las vacunas son preventivas y no sirven como tratamiento de las lesiones precancerosas provocadas por el virus.
Gardasil 9 protege también contra la infección por los papilomavirus que habitualmente causan las verrugas genitales benignas.
Es una vacuna inyectable que se pone habitualmente en el brazo. Está incluida en los calendarios de vacunación de todas las comunidades autónomas españolas, habiéndose hecha extensiva desde hace unos años tanto para chicas como para chicos y administrándose alrededor de los 12 años (consultar calendarios). Está admitido su empleo en personas a partir de los 9 años de edad. La pauta completa consta desde 2024 de 1 sola en menores de 25 años y de 2 dosis separadas, al menos, por 6 meses desde los 26 años. Es de especial interés saber que todas las comunidades a finales de 2025 deben tener en su calendario la pauta de una sola dosis. La recomendación de los servicios de Salud Pública de vuestra Comunidad es la que deberéis seguir. Como las demás vacunas, si se administra, debe anotarse en la cartilla personal de vacunaciones.
Aunque es conveniente completar la vacunación en 12 meses, si ha olvidado una dosis deberá ponerse la o las dosis que falten, sin necesidad de volver a empezar toda la serie de nuevo.
Las vacunas frente al VPH se pueden administrar simultáneamente con otras vacunas del calendario infantil.
El riesgo de que esta vacuna produzca un efecto adverso grave es extraordinariamente raro. Las únicas reacciones adversas comunes son el dolor y enrojecimiento en el lugar de la inyección y fiebre poco importante. Dado que esta vacuna la reciben con frecuencia adolescentes, no son raras las reacciones vagales (mareos o lipotimias) en el momento de la vacunación, por lo que se recomienda administrar la vacuna con el receptor sentado o recostado.
Finalmente, uno de los “riesgos” más temidos de la vacunación es que equivocadamente traiga consigo una disminución en el seguimiento de los controles preventivos, mediante citologías vaginales, en la vida adulta de la mujer. Asimismo continuará siendo preciso y por lo tanto recomendable, seguir manteniendo las medidas adecuadas que sirvan de barrera para evitar el contagio de otras infecciones de transmisión sexual y los embarazos no deseados.
Esta vacuna solo estará contraindicada cuando haya sucedido previamente una reacción alérgica grave (anafilaxia) con una dosis de vacuna contra el VPH o cuando se padezca una enfermedad importante. Estas contraindicaciones son comunes al resto de las vacunas.
[Artículo compartido con el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría]