Algunos niños con alergia pueden tener una reacción alérgica grave. Esta reacción se llama reacción anafiláctica y puede ser mortal si no se trata rápidamente.
La reacción anafiláctica ocurre tras estar en contacto con una sustancia a la que se es alérgico (alérgeno). Lo más frecuente es que ocurra inmediatamente después de estar en contacto con el alérgeno, aunque puede ocurrir hasta unas horas más tarde. Puede producirse por diferentes sustancias, pero los alimentos (frutos secos, huevos, leche, pescado), medicinas (penicilina) o animales (picaduras de abeja o avispa) son las causas más frecuentes.
Cuando se produce la reacción anafiláctica, de forma brusca, en minutos o en pocas horas, aparecen de forma progresiva lesiones en la piel (urticaria, picor o enrojecimiento) o en las mucosas (picor de nariz y de paladar, hinchazón de los labios, de la lengua o de la campanilla), junto con dificultad para respirar o disminución de la tensión arterial, lo que produce mareo o pérdida de conciencia. Los casos más graves pueden llevar a la muerte por shock anafiláctico.
Porque es un tratamiento muy eficaz y puede evitar la muerte de la persona con shock anafiláctico.
Existen ampollas con adrenalina, que está en forma líquida, y hay que utilizar una jeringuilla y una aguja, tomando la cantidad que sea necesaria.
Los autoinyectores son dispositivos que tienen la medicación incluida, y son fáciles de transportar y utilizar por cualquier persona.
Cada autoinyector tiene una cantidad fija de adrenalina. Hay uno con dosis infantil de 0,15 mg (150 microgramos) de adrenalina y otro con dosis para niños mayores y adultos, de 0,30 mg (300 mcg).
Los autoinyectores de adrenalina se deben utilizar ante cualquier síntoma de reacción anafiláctica, a la vez que se solicita ayuda médica urgente. Si hay duda de si es necesario utilizarla, es mejor aplicarla que esperar a que la situación empeore.
Los primeros síntomas de una reacción anafiláctica son sensación de opresión en la garganta, dificultad al respirar, hinchazón de los labios y la lengua, manchas en la piel o picor. Sintomas graves son dificultad para tragar, respirar o hablar, hinchazón de la garganta o de la boca, dolor abdominal, náuseas, vómitos, debilidad, mareo, sentir que el corazón va muy rápido, ansiedad. Puede caerse el paciente al suelo y quedar inconsciente.
El tamaño de autoinyector es el que haya recomendado el médico que atiende al niño. Como regla general los autoinyectores con 0,15 mg son adecuados para niños que pesan hasta 25 kg y los de 0,30 mg para los niños que pesan más de 25 kg y adultos.
Se puede consultar el video explicativo de la AEMS (Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios)
La medicina empieza a hacer efecto de forma inmediata. Si el niño no mejora en 5 minutos tras utilizar el inyector, se puede repetir otra dosis utilizando un autoinyector nuevo.
Se debe esperar 5 minutos para comprobar si ha hecho efecto, antes de administrar otra dosis.
Puede que, tras ponerle la adrenalina, el niño tenga alguno de los siguientes síntomas. Lo habitual es que desaparezcan tras un rato de reposo: