Los catarros se curan solos. Actualmente no disponemos de ningún tratamiento que prevenga, cure o acorte la duración del catarro o resfriado común.
Los medicamentos que se usan para tratar el catarro intentan aliviar, en lo posible, los síntomas: la fiebre, la mucosidad, la congestión nasal y la tos. Sin embargo, se ha visto que algunos medicamentos anticatarrales pueden producir, en los niños pequeños, efectos adversos, como aumento de la frecuencia cardiaca, adormecimiento, convulsiones e incluso muerte en los menores de dos años.
Como consecuencia, la agencia del medicamento de Estados Unidos (FDA) recomienda no utilizar medicamentos para el catarro en los niños, especialmente en los menores de dos años. En otros paises, como Canadá, la recomendación es de no utilizarlos por debajo de los 6 años. En España, la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios prohibió en 2011 el uso de supositorios para la tos que contienen derivados terpénicos para los menores de 30 meses, por su relación con un aumento del riesgo de convulsiones. Y en general, los medicamentos anticatarrrales no estan autorizados para su uso en menores de 2 años.
Como resumen, podemos decir que el efecto beneficioso de estas medicinas es dudoso y que existe un riesgo real de provocar efectos adversos en los niños pequeños.
No siempre hace falta tratamiento. Muchas veces los niños con catarro y congestión nasal o tos están bien, juegan y hacen su vida normal.
Si se utilizan medicamentos para tratar el catarro en los mayores de 2 años, sus padres deben:
Y recordar que los catarros duran entre 7-10 días, durante los cuales es posible que el niño se encuentre más cansado y con menos apetito. En ese caso, es conveniente que disminuya la actividad. Si no tiene apetito, no se le debe forzar a comer. Se le puede ofrecer líquidos y los alimentos que le apetezcan más.