Las malformaciones torácicas son un grupo amplio de anomalías en la forma y en el funcionamiento del tórax. Se suelen denominadar pectus en general y se añade excavatum si el pecho está hundido o carinatum si el esternón (el hueso que tenemos en el centro del pecho) abulta hacia afuera.
Estas malformaciones pueden estar ocasionadas por enfermedades de base genética (síndromes que asocian otras malformaciones), anomalías de nacimiento de causa desconocida o problemas de desarrollo.
Aunque se suele decir que la posición del esternón es lo que define estos defectos, realmente son las deformidades de las costillas las que determinan el tipo de anomalía de estos pacientes.
Podemos distinguir dos grupos:
En los casos leves se trata simplemente de una alteración estética del tórax.
Sin embargo, los casos graves pueden dar lugar a alteraciones del corazón y algunos síndromes además asocian otras malformaciones, por lo que es muy importante la valoración precoz en los casos congénitos. No es infrecuente la aparición de varios casos en una misma familia.
En todos los casos, hay que tener en cuenta los problemas psicológicos que puede acarrear la malformación. Es habitual que estos chicos rechacen la vida social por miedo a mostrar su defecto en público y se encierren en sus casas sin querer salir durante meses.
Tras una primera detección por el pediatra, el historial médico y la exploración física en unidades especializadas son la base del diagnóstico y permite identificar la mayoría de estos defectos. En casos seleccionados pueden ser necesarias pruebas cardiológicas, estudios genéticos y la realización de pruebas de función pulmonar.
Los estudios de imagen (radiografía y escáner) no deben realizarse de manera rutinaria en niños.
Dado que son problemas muy diferentes entre sí, los tratamientos pueden ser muy variados y los especialistas deben decidir de manera individualizada.
En todos los casos, salvo contraindicación médica, el deporte aeróbico intenso, con ejercicios respiratorios amplios es la base principal del tratamiento.
A partir de ahí, existen distintas opciones terapéuticas:
El objetivo de los distintos tratamientos es conseguir una función cardio-respiratoria óptima, con una imagen corporal normal y un perfecto desarrollo psicológico de estos pacientes.
Hay que intentar desterrar la idea de que estos defectos son “solo” problemas estéticos y que desaparecerán con el tiempo. Las malformaciones torácicas no desaparecen y si no se corrigen, algunas consecuencias como la compresión cardiaca, van a manifestarse en la vida adulta.