En esta etapa son muy influenciados por los compañeros y la publicidad. También tienen más autonomía para decidir. Por eso hay que mantener los buenos hábitos en casa y explicar las razones.
Esto mejora el rendimiento en la escuela.
Un desayuno completo debe incluir lácteos, pan o cereales y fruta. Así tiene energía, proteínas y vitaminas.
Mejor, cuando se hace en familia y cada uno va colaborando en una tarea: pelar y cortar la fruta, preparar las tostadas…
El recreo es para jugar, o sea, mejor algo que se coma rápido. Un bocadillo o una fruta. Y agua para beber.
Calculen que el plato tiene tres partes: una para los vegetales, otra para las féculas (arroz, patatas o pasta) o el pan y la tercera, para la carne o el pescado.
Las cantidades aumentan un poco.
El mejor postre es la fruta o medio vaso de zumo natural. Su vitamina C ayuda a que se asimile el hierro.
Es conveniente que los niños participen en las tareas de poner, quitar y servir la mesa.
Es mejor comer con la televisión apagada. Así se puede charlar.
Un bocadillo crujiente. Un vaso de leche o un yogur. O fruta.
Aunque sea muy poco ¡que sea algo saludable! Sobre todo si hay deportes o actividades extraescolares.
Una sopa caliente en invierno o ensalada en verano.
Huevos o pescado o carne, con un poco de verdura como guarnición.
Fruta y, si apetece, otra ración de leche.
Los padres deben enseñar a comer sano en todas las edades y en variadas situaciones: