Hablamos de anemia cuando los glóbulos rojos (también llamados hematíes) contienen menos cantidad de hemoglobina de lo normal.
La hemoglobina es un componente imprescindible para el transporte de oxígeno por todo el organismo y para su fabricación es necesario que existan suficientes depósitos de hierro.
La falta de hierro (ferropenia) es una de las carencias nutricionales más frecuentes en el mundo y es la causa más común de la anemia.
En algunos casos puede existir anemia por déficit de hierro o anemia ferropénica, aunque los aportes de hierro en la dieta sean los adecuados:
Es importante tener en cuenta que la cifra de hemoglobina que consideramos normal en un análisis varía en función de la edad, también es diferente según se trate de un chico o de una chica.
En la mayoría de los niños, la anemia es leve, por lo que es muy frecuente que no tengan síntomas.
Puede aparecer palidez, fatiga, irritabilidad, falta de apetito o apetencia por productos que no son alimentos (como la tierra), retraso del desarrollo o del aprendizaje y aumento de la frecuencia cardiaca.
Si un niño tiene los síntomas anteriores se debe consultar con el pediatra. El profesional valorará si es necesario realizar un análisis de sangre para determinar la cifra de hemoglobina, las características de los hematíes y el estado de los depósitos de hierro.
Una alimentación equilibrada proporciona al niño las cantidades de hierro que precisa.
Los alimentos que contienen más hierro son las carnes, algunos moluscos, los vegetales y las legumbres.
Alimentos, cantidades | Hierro (mg) |
Almejas, berberechos y similares | 24 |
Cereales de desayuno fortificados | 8 |
Ostras | 6,5 |
Pistacho | 7,2 |
Calabaza, calabacín | 0,4 |
Alubias blancas | 6,7 |
Lentejas | 7,1 |
Espinacas frescas | 4 |
Carne ternera | 2,1 |
Sardinas en aceite | 3,2 |
Garbanzos | 6,7 |
Guisantes | 1,5 |
Carne de pato | 2 |
Carne de cordero | 1,7 |
Aguacate | 0,7 |
Gambas | 1,9 |
Carne de caballo | 7 |
Es fundamental que intente seguir algunas recomendaciones dietéticas, para garantizar que la alimentación del niño contenga suficientes aportes de hierro.
El tratamiento consiste en suplementos con hierro en forma de gotas, ampollas bebibles o comprimidos. Es importante tomar el hierro medicinal preferiblemente en ayunas, con agua o zumo natural de naranja, no con leche. Un buen momento sería al levantarse, media hora antes del desayuno pero, si habitualmente se desayuna leche, también se puede tomar antes de la merienda.
El tratamiento con hierro provoca a veces molestias digestivas, tales como dolor abdominal o náuseas. En estos casos, los síntomas pueden mejorar tomando el hierro con la comida y no en ayunas. Es normal que cambien el color y la consistencia de las heces cuando se está tomando hierro.
El pediatra valorará la conveniencia de realizar controles analíticos para valorar la respuesta al tratamiento. Además del tratamiento médico, es fundamental garantizar un correcto aporte de hierro en la dieta habitual, para que el niño no vuelva a presentar anemia en un futuro.