Al igual que para otros modelos de alimentación, una dieta vegetariana puede ser estar bien hecha o ser desequilibrada si no atiende a los principios de una dieta equilibrada. Es fundamental garantizar el aporte de determinados nutrientes que pueden verse comprometidos, como es el caso de la vitamina B12, el hierro o la vitamina D.
La suplementación con vitamina B12 debe formar parte de las recomendaciones para todas las edades.
Como para cualquier lactante, la lactancia materna es la forma de alimentación ideal para los niños cuyos padres son vegetarianos o veganos. Es importante que las madres tomen suplementos de vitamina B12, yodo y omega-3.
Cuando la lactancia materna no es posible, se pueden utilizar fórmulas adaptadas de soja o bien fórmulas hidrolizadas de arroz. El uso de bebidas vegetales no adaptadas como sustituto de la leche puede producir desnutrición grave, alteraciones neurológicas e incluso la muerte.
A partir de los 6 meses se iniciaría la alimentación complementaria. Los cereales se introducen igual que en el resto de los niños y, a ser posible, integrales. Se deben introducir las legumbres y el tofu, y posteriormente el huevo (en las ovolacteovegetarianas). Se pueden preparar en puré o como crema (hummus). También se puede ofrecer a partir de esta edad yogur de soja enriquecido en calcio.
Con el fin de favorecer la absorción de hierro se recomienda incluir alimentos ricos en vitamina C (cítricos) en las comidas principales.
Para conseguir los aportes suficientes de proteínas pueden administrarse frutos secos y semillas, siempre molidos o en crema. El taihini (crema de sésamo) se puede ofrecer, sustituyendo ocasionalmente a las legumbres.
Como en los niños no vegetarianos, hasta el año de edad se deben evitar las espinacas, las acelgas, la borraja, la remolacha, la rúcula y otras hojas verdes por su alto contenido en nitratos. Tampoco se ofrecerá la miel (por el peligro de contaminación con esporas de botulismo) y las algas (por su alto contenido en yodo).
Los niños mayores, si consumen algas, siempre será en pequeñas cantidades y de manera ocasional. Se prefieren las siguientes variedades: nori, dulse, espagueti de mar y wakame.
La alimentación debe coincidir con la del resto de la familia, adecuando las cantidades a la edad del niño.
Durante la adolescencia aumentan los requerimientos de muchos nutrientes, en particular proteínas, hierro, zinc y calcio. Es importante asegurarse de que los adolescentes vegetarianos y veganos consumen legumbres y sus derivados a diario, ya que son el grupo de alimentos que más van a contribuir al aporte de estos cuatro nutrientes.
Para optimizar la absorción del hierro debemos favorecer que tomen alimentos ricos en vitamina C con las comidas principales, y además que eviten tomar café y té a esas horas.
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