

Aprovechando el inicio del año la AEP, por medio de su Comité de Salud Mental, quiere lanzar un llamamiento urgente a la acción frente al acoso escolar y el ciberacoso, que sufren un 8,3% de los estudiantes en España, pues la prevención y la identificación temprana son claves para reducir la incidencia de este tipo de violencia y mitigar sus efectos
A pesar de que en los últimos años ha aumentado la concienciación de la sociedad sobre esta problemática, el acoso escolar sigue dándose en demasiados casos, y no solo en las aulas si no también en las redes sociales. En España, la prevalencia del ciberbullying es aproximadamente del 1,1% entre los estudiantes. Este tipo de acoso se da principalmente en plataformas como WhatsApp (71,9%), Instagram (44,8%) y TikTok (41,7%), y suele afectar a estudiantes de entre 11 y 12 años , siendo ligeramente más frecuente entre las chicas.
El agravante es que este tipo de acoso va más allá del horario escolar y persiste aunque el alumno cambie de centro quedando siempre una huella digital.
Tanto el acoso presencial como el que se da a través de las nuevas tecnologías, no solo afecta el bienestar emocional inmediato de los menores, sino que se ha identificado como un desencadenante de trastornos psicológicos graves en la adolescencia y la edad adulta. Puede llevar al desarrollo de fobia escolar, ansiedad crónica, estrés postraumático, e incluso trastornos de la conducta alimentaria. Demostrándose además que las víctimas de acoso presentan una probabilidad hasta un 31% mayor de desarrollar conductas autolesivas y un 27% de sufrir ideación suicida. Pero también debe ponerse el foco en los “espectadores” pues presenciar esas conductas hace que normalicen la violencia y la manipulación en una etapa en la que aún están aprendiendo a relacionarse.
Es por todo ello que desde el Comité de Salud Mental de la AEP se considera que es fundamental que tanto desde el entorno sanitario, como desde el escolar y el familiar se ofrezca un espacio seguro y de confianza para que el menor afectado pueda expresar su situación y buscar ayuda sin temor a represalias o estigmatización. Se debe atajar definitivamente el acoso y para ello recomiendan la implementación de talleres de prevención de acoso en todos los niveles educativos, así como la revisión de los protocolos de actuación específicos para identificar y tratar los casos de manera adecuada.
Bibliografía: