

Es una enfermedad infectocontagiosa grave que afecta principalmente a gente que vive en países en donde las condiciones sanitarias son precarias. Es más frecuente en niños, adolescentes y adultos jóvenes.
La fiebre tifoidea está provocada por una bacteria llamada Salmonella Typhi.
El reservorio de esta bacteria es únicamente el ser humano y se trasmite principalmente a través de las heces.
La infección se produce cuando se come o bebe algo contaminado por la bacteria porque fue manipulado por alguien que padecía la fiebre tifoidea o bien, más raramente, directamente por contacto con una persona enferma a través de la vía feco-oral. También se puede contraer por beber agua contaminada por aguas residuales.
Tras recuperarse de una fiebre tifoidea, algunas personas se convierten en portadores de la bacteria. Esto significa que, aunque no presenten síntomas, siguen con la bacteria y la pueden transmitir a otras personas.
La fiebre tifoidea puede aparecer bruscamente o poco a poco a lo largo de algunas semanas.
Habitualmente al cabo de 1 o 2 semanas del contacto, aparece cansancio, fiebre alta, diarrea y dolor abdominal. También puede manifestarse con distensión abdominal (vientre hinchado), malestar, pérdida de peso y en ocasiones, unas manchas rojas alrededor del ombligo.
Con el tratamiento adecuado las complicaciones son raras, pero en ocasiones, puede ser muy grave y hasta producir la muerte.
Los síntomas del niño y conocer si ha realizado algún viaje o reside en un país donde la fiebre tifoidea es frecuente, permitirán al médico sospechar el diagnóstico. La detección de la bacteria en el estudio de las heces y un análisis de sangre lo confirmarán.
El tratamiento específico son los antibióticos. Siempre debe completar el tratamiento que se le indique, aunque el niño mejore antes de terminarlo.
Es importante además tratar los síntomas: líquidos o sueros de rehidratación oral si presenta vómitos o diarrea para prevenir la deshidratación y antitérmicos para el malestar y la fiebre.
Si, las principales medidas de prevención son la vacunación, el acceso a agua potable y un saneamiento adecuado.
La vacuna contra la fiebre tifoidea no se aplica de forma sistemática en el calendario de vacunación infantil español. Está recomendado vacunarse frente a esta enfermedad si se va a viajar a una zona donde abunde la fiebre tifoidea. Los viajeros mayores de 2 años deben recibir la vacuna al menos entre 1 y 2 semanas antes de irse de viaje, para que sea efectiva.
Además, deben tomarse las siguientes precauciones durante el viaje a zonas de alto riesgo: