Edades y etapas
Prematuros: problemas más frecuentes
Para que el desarrollo cerebral sea adecuado es bueno intentar que el recién nacido esté en contacto con su madre o padre, piel con piel en canguro
Los bebés prematuros nacen antes de estar preparados, por lo que sus órganos inmaduros se van a desarrollar en unas condiciones que no son las ideales. En torno al 11-12% de los nacimientos son prematuros.
Según las semanas de edad gestacional en el momento del nacimiento, vamos a clasificar a los bebés prematuros en diferentes grupos: prematuros tardíos (34-37 semanas), prematuros moderados (32-34 semanas), grandes prematuros (menos de 32 semanas) y prematuros extremos (menos de 28 semanas).
Hasta el 85% de los nacimientos prematuros lo forman los prematuros moderados y tardíos. Los problemas que pueden tener los prematuros van a depender, fundamentalmente, del grado de prematuridad y de su peso al nacimiento. Los grandes prematuros, sobre todo los prematuros extremos, van a ser el grupo que más atención van a necesitar.
¿Por qué necesitan incubadoras?
Cuando los bebés están en el seno materno tienen una temperatura y humedad ideales para su desarrollo. Sin embargo, al nacer antes de tiempo, tienen poca grasa y una piel fina que no les permite protegerse del ambiente frío. Las incubadoras les van a proporcionar el calor y la humedad necesarias hasta que sean capaces de controlar la temperatura por ellos mismos. Si el bebé está en piel con piel con su madre, también mantendrá una temperatura adecuada, además de todos los beneficios que se obtienen con el método canguro.
¿Qué problemas respiratorios pueden tener?
El pulmón es un órgano que se desarrolla a lo largo de todo el embarazo. El nacimiento prematuro supone el nacimiento con un pulmón que es inmaduro y no está preparado para respirar adecuadamente. Los bebés más prematuros van a presentar con mucha frecuencia problemas para respirar (enfermedad de membrana hialina). Según la gravedad, pueden necesitar distintos tipos de ayuda para respirar: lo más frecuente es que necesiten aire a través de unos tubitos que se colocan en la nariz, pero en otras ocasiones necesitan respiradores mecánicos durante algún tiempo.
En ocasiones, los bebés más prematuros necesitan tratamiento con oxígeno durante periodos más largos (displasia broncopulmonar).
El conducto arterioso es un vaso importante que conecta las arterias aorta y pulmonar en la etapa fetal, pero que se tiene que cerrar en el momento del nacimiento. Es frecuente que este cierre tarde más en producirse en prematuros (conducto arterioso persistente), dando lugar a problemas respiratorios. Para conseguir su cierre se necesita en algunas ocasiones tratamiento médico y, en último caso, cirugía.
El problema respiratorio más frecuente son las pausas de apnea. Se trata de un cese temporal de la respiración, como si su cerebro inmaduro se “olvidara” de respirar momentáneamente. Se acompaña de bajada en la frecuencia de latidos del corazón y de la oxigenación (que se mide con el pulsioxímetro que se coloca al ingreso).
¿Pueden tener más infecciones que un bebé nacido a término?
Cuando el bebé prematuro nace, su sistema inmune (es decir, sus defensas) no está completamente preparado. Además, al necesitar ingresos prolongados entran en contacto con bacterias y virus que pueden suponerles más infecciones. El lavado frecuente de manos y el uso de mascarilla si se tienen síntomas respiratorios son imprescindibles para evitar estas infecciones.
¿Qué problemas digestivos pueden tener?
La barrera intestinal de los prematuros es inmadura y no les protege bien frente a microbios. Además, la alimentación con leche artificial y en grandes cantidades puede sobrecargar su intestino inmaduro. Todo ello puede contribuir a desarrollar enterocolitis necrotizante, una enfermedad digestiva grave que puede requerir cirugía.
La alimentación con leche materna (tanto propia como donada) es la mejor tolerada y, junto con los probióticos, pueden ayudar a disminuir el riesgo de enterocolitis.
Por otro lado, los músculos del esófago son también inmaduros, lo que permite que suba comida desde el estómago, siendo muy frecuentes las regurgitaciones y vómitos.
¿Qué problemas neurológicos pueden tener?
La prematuridad y las situaciones en las que no llega adecuadamente el oxígeno al cerebro, pueden producir alteraciones en el desarrollo neurológico. Estos problemas neurológicos pueden surgir durante el embarazo, en el momento del parto o en los primeros días de vida y, a veces, pueden persistir a largo plazo. Los problemas neurológicos son diferentes: pueden tener problemas motores (parálisis cerebral), retraso del desarrollo, alteraciones en el cociente intelectual y alteraciones del comportamiento.
Para que el desarrollo cerebral sea adecuado es importante cuidar las posturas del bebé e intentar que esté el máximo tiempo posible con su madre o padre en piel con piel.
Los bebés más prematuros requerirán un seguimiento a largo plazo en consulta para valorar su desarrollo. Además, en caso de necesitarlo, se iniciará tratamiento de forma precoz (atención temprana).
¿Por qué necesitan estar expuestos a una lámpara?
Es muy frecuente que los bebés prematuros requieran en los primeros días de vida una lámpara de fototerapia.
La bilirrubina es una sustancia que da una coloración amarillenta a la piel y que puede ser tóxica. El hígado es el encargado de eliminarla, pero en los bebés prematuros, al ser este órgano aún inmaduro, puede necesitar la ayuda de la lámpara para controlar los niveles de bilirrubina.
¿Pueden tener anemia?
Los glóbulos rojos de los bebés prematuros duran menos que los de un bebé nacido a término. Esto, junto con las extracciones frecuentes de analíticas durante el ingreso, favorece la aparición de anemia.
La anemia puede ser causa de un menor crecimiento, de problemas respiratorios o cardiológicos entre otros. Para tratar la anemia, en la mayoría de los casos se darán suplementos de hierro y, ocasionalmente, pueden requerir transfusiones de sangre.
¿Por qué van a necesitar revisiones oculares y auditivas?
El nacimiento prematuro supone el nacimiento con una retina inmadura. La alteración de los vasos que forman parte de la retina puede dañarla (retinopatía de la prematuridad) dando lugar a problemas visuales. Las revisiones oculares resultan imprescindibles para controlar el correcto desarrollo de la retina y poner tratamiento precoz en caso de necesitarlo.
De la misma manera, los bebés prematuros pueden presentar problemas de audición. Durante el ingreso se le realizan pruebas para poder detectarlos y poner tratamiento lo antes posible en caso de necesitarlo.