Temas de salud
Enfermedad de Chagas
Es una enfermedad parasitaria muy común en áreas rurales de 21 países de América Latina que se transmite a personas y animales por insectos infectados
¿Qué es la enfermedad de Chagas?
La enfermedad de Chagas o Tripanosomiasis Americana es una enfermedad parasitaria muy común en áreas rurales de 21 países de América Latina (países endémicos). En los últimos años debido a la movilidad de la población de Latinoamérica hacia otros países del mundo ha aparecido en EEUU y en Europa, siendo España, el segundo país no endémico con un mayor número de casos.
Se estima que en el mundo hay de 6 a 7 millones de personas infectadas. Entre 50 000 y 90 000 personas infectadas residen en España, muchas de las cuales no saben que están enfermas.
Es una enfermedad crónica, silenciosa, potencialmente mortal que puede causar enfermedad cardiaca, digestiva y neurológica.
¿Qué causa la enfermedad de Chagas y cómo se transmite?
La causa un parásito, el Tripanosoma cruzi, que se transmite a personas y animales por insectos infectados llamados chinches riduvieus o triatomas (popularmente llamados vinchuca, chinche besucón o chupón).
Las vinchucas viven durante el día en grietas de las viviendas de barro y pican por la noche defecando en la piel. El hombre se infecta al frotarse la piel arrastrando las heces hacia la herida, ojos, nariz o a un corte. El parásito penetra y se desarrolla dentro del cuerpo, en la sangre, ganglios, piel, músculo cardiaco y aparato digestivo, apareciendo entonces los síntomas y las complicaciones de la enfermedad. Estos insectos sólo existen en América Latina.
La enfermedad también se transmite por transfusiones de sangre contaminada, trasplante de órganos contaminados, transmisión congénita de una madre infectada a su hijo durante el embarazo o el parto, y más raramente por alimentos contaminados y accidentes de laboratorio. La enfermedad de Chagas no se transmite por contacto entre personas.
En España no existen los insectos vectores, transmitiéndose la enfermedad a través transfusiones de sangre, donación de órganos y principalmente por transmisión congénita de madres infectadas de origen latinoamericano a sus hijos.
¿Cuáles son sus síntomas?
La enfermedad tras un periodo de incubación de 5-14 días (hasta 40 días si se transmite por transfusiones de sangre), tiene 2 fases:
- Fase aguda: dura unos 2 meses. En esta fase la enfermedad no da síntomas o estos son muy leves: fiebre, dolores musculares, aumento del hígado, bazo y ganglios linfáticos. En algunos pacientes puede aparecer característicamente un párpado hinchado y amoratado (signo de Romaña) o una zona de piel inflamada (chagoma). En los países no endémicos la fase aguda solo aparece en recién nacidos infectados (transmisión congénita) y personas transfundidas o trasplantadas. La mayoría de los recién nacidos infectados no tiene síntomas y solo algunos presentan aumento del hígado y bazo, meningitis, hepatitis, miocarditis y anemia.
- Fase crónica: puede durar 20-30 años, y las personas permanecen la mayoría de las veces sin síntomas. Sin embargo, algunas tras 20 o 30 años pueden tener complicaciones graves: cardiacas (agrandamiento del corazón, arritmias cardiacas, paro cardiaco y muerte súbita), digestivas (agrandamiento del esófago y colon con dificultad para comer y defecar) y neurológicas (derrame cerebral). Una de cada 3 personas infectadas tiene este tipo de complicaciones en algún momento de su vida.
¿Cómo se diagnostica?
Mediante pruebas parasitológicas directas (detección directa del parásito en sangre) y análisis de sangre: pruebas serológicas y moleculares.
¿Cómo es su tratamiento?
Una buena noticia es que existen medicamentos que curan la enfermedad si se administran al poco tiempo de producirse la infección. Si el tratamiento se inicia en la fase crónica es menos eficaz y solo frena o previene su progresión.
Se recomienda el tratamiento a todos los adultos y niños con infección aguda, los casos de transmisión congénita, personas con enfermedades previas (coinfección por VIH, trasplantados, tratamientos inmunosupresores) oniños con enfermedad crónica. Debe ofrecerse tratamiento a los adultos infectados que no presentan síntomas para evitar o frenar la progresión de la enfermedad. En los adultos infectados con patología cardiaca y digestiva muy avanzada no se recomienda iniciar tratamiento por su escasa eficacia y sus importantes efectos secundarios.
Está contraindicado durante el embarazo. Es compatible con la lactancia materna.
¿Se puede prevenir?
No existen vacunas ni medicamentos para prevenir la enfermedad de Chagas.
¿Qué podemos hacer si vamos a viajar a un país endémico?
Usar insecticidas en edificios, dormir en edificios bien construidos y limpios, usar mosquiteras impregnadas de permetrina, utilizar repelentes de insectos en zonas de piel expuestas y ropa protectora e higiene en la preparación de alimentos crudos.
¿Qué podemos hacer en España para prevenir la enfermedad?
Cribado y control de la infección en todas las embarazadas de origen latinoamericano, de sus recién nacidos, así como de sus otros hijos que no hayan recibido antes tratamiento antiparasitario. España en la actualidad cuenta con protocolos para el cribado y tratamiento de mujeres embarazadas latinoamericanas, así como para recién nacidos de madres positivas.
Control de los donantes de sangre y de órganos de origen latinoamericano. En España, desde el año 2005, se controla la transmisión del parásito por vía sanguínea a través del cribado en los bancos de sangre y de trasplantes de órganos.