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Deberes escolares. Cómo ayudarles

Las tareas escolares tienen como finalidad reforzar y afianzar los contenidos trabajados en clase

Niño en el colegio

Los deberes escolares tienen como finalidad reforzar y afianzar los contenidos trabajados en clase. Para ayudar a nuestros hijos es necesario tener en cuenta:

Lugar de trabajo

Es fundamental disponer de un lugar fijo de trabajo, al igual que la comida se prepara en la cocina o la televisión se ve en el salón, el espacio para realizar los deberes debe ser siempre el mismo. Lo más aconsejable es disponer de una mesa-escritorio libre de estímulos que distraigan. Hay que evitar la música, la televisión y retirar cualquier objeto que pueda suponer una distracción para el niño. Si es posible, debe tener luz natural y un flexo para las últimas horas del día.

Tiempo de deberes

Lo ideal es comenzar a realizar los deberes después de un período de descanso. Si el niño llega a casa en torno a las tres de la tarde, lo más adecuado es comer y hacer un pequeño descanso. Si el niño llega a casa después de las cinco, es necesario merendear y reposar antes de iniciar la tarea escolar.

Hacer los deberes es un proceso gradual, rutinario y organizado. Es recomendable poner una hora fija de comienzo; el tiempo estimado necesario dependerá en gran medida de la edad del niño:

  • Cuando los niños tienen entre 6 y 7 años, el tiempo de deberes debe ser aproximadamente de media hora.
  • Entre los 8 y 9 años se puede aumentar a una hora.
  • A los 10-11 años se puede llegar a hora y media. Y así sucesivamente.

No es conveniente superar estos tiempos, pues la capacidad para prestar atención disminuye. Con el cansancio, el rendimiento es peor y comienzan las pérdidas de tiempo.

La realización de los deberes es un proceso que se entrena y que se aprende. Y nada mejor que el día a día para obtener un buen rendimiento académico. Incluso los días en que desde el colegio no se ponen tareas, los padres pueden aprovechar para potenciar la lectura, la escritura o desarrollar la creatividad pintando o jugando con plastilinas, etc.

Si el niño tiene dificultad para concentrarse, puede comenzar por las tareas que le resulten más tediosas (la comprensión lectora, el estudio…) y finalizar con actividades fáciles o que sean de su agrado. Para los niños con poca motivación escolar, lo mejor es comenzar por las tareas que más les gustan, continuar por actividades que suponen mucho esfuerzo y finalizar con tareas ligeras y poco costosas.

Supervisión y apoyo

Cuando los niños son pequeños, los padres deben ejercer un mayor apoyo. A medida que crecen, para fomentar la responsabilidad personal, solo deben ser supervisarlos. Corregir los deberes en casa no es su tarea. Si el niño se olvida de realizar un trabajo o si se deja el libro en clase, debe aprender de sus errores. Si le solucionan el problema, no aprenderán y confiarán en sus “todopoderosos padres”. En los tiempos actuales está muy de moda entre los padres hacerse grupos de Whatsapp, para saber lo que acontece dentro del colegio, entre otro tipo de informaciones. Esto hace que los niños no desarrollen la responsabilidad personal y se acostumbren a tener “secretarios personales” que organizan sus compromisos.

Aunque el tiempo de deberes supone en muchas ocasiones una “guerra” entre padres e hijos, nada mejor que tener conciencia de la importancia del mismo para fomentar la madurez, el desarrollo y la responsabilidad personal.

Artículo publicado el  
8-4-2015, revisado por última vez el 13-5-2019
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.