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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Picadura de garrapata

Las mordeduras de garrapatas en general no tiene ninguna consecuencia dañina, pero pueden servir de transmisoras de enfermedades, a veces graves

Retirada de una garrapata

Las picaduras de insectos y de otros “bichitos”, aparte del dolor, del picor y de la posibilidad de infección de la piel afectada, pueden transmitir distintas enfermedades. 

¿Qué es una garrapata?

La garrapata es un artrópodo de la familia de los arácnidos (no es un insecto por lo tanto) que se alimenta de la sangre de los animales y de los humanos a los que pica. En su boca tiene una estructura que le permite engancharse a la piel para chupar la sangre. Es un parásito habitual de animales salvajes (liebres, venados, ardillas, ratones), ganado vacuno y ovino y de animales de compañía (perros y gatos), por lo que suele encontrarse en lugares habitados por éstos (casas, granjas, bosques…). La mayoría de las picaduras ocurren en primavera y verano, con un pico en los meses de junio y julio. 

¿Cuáles son los síntomas de las picaduras de garrapata?

Los síntomas más frecuentes son picor, enrojecimiento e hinchazón de la piel que rodea la zona donde está agarrada la garrapata. Las garrapatas pueden quedarse adheridas a la piel durante varias semanas y se van hinchando a medida que chupan sangre. 

A veces, la garrapata se ha caído y lo que se ve es una costra redondeada de color marrón oscuro, casi negro.

¿Las garrapatas pueden transmitir enfermedades? 

La picadura de garrapata está relacionada con la transmisión de múltiples enfermedades al inocular microorganismos que llevan en su interior. Aunque hay que aclarar que la mayor parte de las picaduras de garrapatas no conllevan la transmisión de gérmenes. 

De entre estas enfermedades, la fiebre botonosa y la enfermedad de Lyme son las más frecuentes en nuestro país, predominando en zonas rurales, en personas que trabajan al aire libre, cazadores y ganaderos. El resto son excepcionales en España, pero no así en otras regiones de Europa. 

La fiebre botonosa comienza una o dos semanas después de la picadura, con fiebre alta y pequeños granitos de color marrón rojizo en la piel. 

La enfermedad de Lyme tiene varias fases. En la primera,  la infección temprana localizada, aparece una mancha en la piel, elevada y de color rojo, alrededor de la picadura, que va creciendo, pudiéndose formar una ampolla o tomar un color negruzco. 

A pesar de esto, la complicación más frecuente de la picadura es la infección de la herida por el rascado o el desarrollo de una herida cicatricial, debido a que quedan restos de la garrapata en el interior de la piel y el organismo intenta rechazarlos (granuloma). 

¿Qué puedo hacer? ¿Cuándo debo consultar? 

Si el niño es picado por una garrapata es muy importante retirarla lo antes posible, pero sin precipitación, y utilizar un método adecuado para hacerlo, ya que si no se hace correctamente pueden quedar las mandíbulas de la garrapata en el interior de la piel del niño, aumentando así la probabilidad de infección o de formación de una cicatriz complicada.

Se deben descartar los métodos tradicionales como el uso de alcohol, aceite, vaselina u otros productos, porque crean una película alrededor de la garrapata que impide que respire, lo que parece facilitar la regurgitación de sangre. Tampoco deben cortarse, quemarse y, sobre todo, no se debe tirar con los dedos aplastando su cuerpo, pues en este momento podría producirse la inoculación de fluidos infecciosos desde la garrapata hacia el cuerpo del niño.

La forma correcta de retirarla es usando unas pinzas de punta estrecha, con las que sujetaremos a la garrapata por su zona bucal, lo más cerca posible de la piel del niño, evitando aplastar el cuerpo. A continuación se realizará una tracción continua y lenta (podría llevarnos casi un minuto), nunca bruscamente, en perpendicular a la piel, hasta conseguir su extracción. Nunca se debe retorcer la garrapata.

Si alguna parte de la boca de la garrapata queda en el interior de la piel es recomendable consultar al médico, que con la hoja de un bisturí o una aguja puede intentar extraer los restos. En cualquier caso, si quedara algún resto de garrapata, lo normal es que pasados unos días sea expulsado por nuestro cuerpo.

Ante una picadura conviene:

  • Lavar con agua y jabón.
  • Mantener la zona la limpia y no rascarse.
  • Aplicar frío localmente.
  • Puede aliviar el picor con algún medicamento o crema contra el picor.

Hay que observar durante 30 días a la persona que ha recibido la picadura. Si en este periodo de tiempo comienza con fiebre, la zona de la picadura no parece evolucionar bien o salen manchas por el cuerpo, se debe consultar con el pediatra.

¿Cómo se puede prevenir?

Lo más importante es evitar la picadura. Para ello es fundamental:

  • Limitar las actividades al aire libre en las zonas donde puede haber garrapatas. Proteger las zonas expuestas (utilizar ropa de manga larga o pantalón largo), usar repelentes en la ropa como la permetrina o la dietilmetatoluamida (DEET) que pueden también aplicarse en la piel, aunque hay que repetirlo cada 1-2 horas.
  • Si ha estado en el bosque o en el campo, al volver a casa revise el cuerpo de los niños en busca de garrapatas, sobre todo las zonas cubiertas de pelo (cabeza y cuello).
  • Desparasitar a los animales (en particular a perros y gatos).
Artículo publicado el  
15-12-2013, revisado por última vez el 18-6-2019
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.