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Escrito por pediatras, pensado para las familias

¿Cómo se evalúa el dolor en los niños?

Para tratar bien el dolor, la elección del medicamento debería depender de cuánto duele y no de dónde duele
Niña sufriendo dolor

¿Qué entendemos por dolor?

El dolor se define como una experiencia sensitiva y emocional desagradable asociada a una lesión de una zona del cuerpo. El dolor es una de las causas más frecuentes de sufrimiento en los niños que padecen alguna enfermedad, aunque esta sea leve.

¿Por qué es interesante medir la intensidad del dolor?

Durante mucho tiempo, no se le ha dado al dolor la relevancia y consideración que merece. En la actualidad no se considera aceptable olvidar esta fuente de padecimiento en los niños ni en los adultos, independientemente de la causa que lo origina. Además, la gravedad de muchas enfermedades viene determinada, entre otros factores, por la intensidad del dolor que desencadena. Por lo tanto, la estimación de la intensidad del dolor es importante tanto para el paciente como para el médico. Para tratar bien el dolor, la elección del analgésico debería depender de cuánto duele y no de dónde duele.

¿Cómo pueden los padres valorar la intensidad del dolor?

Saber cuánto les duele a los niños no es fácil, especialmente en los más pequeños, ya que su percepción del dolor puede estar influenciada por muchos factores y a la vez la comunicación con ellos no es sencilla. A menudo, los padres son interrogados acerca de la intensidad del dolor que padecen sus hijos y la respuesta no es fácil.

Cuando un niño siente dolor, suele cambiar su comportamiento y esto nos da pistas. Esto es especialmente útil en niños menores de 7 años, ya que no son capaces de comunicar de forma adecuada la sensación de dolor. Algunas conductas que nos pueden indicar que un niño siente dolor son: llanto o quejido inexplicado, menor actividad, rechazo del alimento, búsqueda de contacto con los padres más de lo habitual, que se lleve de forma repetida la mano hacia alguna parte de su cuerpo, la sujete, o que el niño evite rozar una parte de su cuerpo con ninguna otra cosa. También es importante tener en cuenta cómo repercute una situación dolorosa en su actividad habitual, como jugar en el parque o en casa, hacer deporte, ir al colegio, etc.

¿Cómo valoran los profesionales sanitarios la intensidad del dolor?

Según la edad, el tipo de dolor y la situación, los profesionales sanitarios utilizan diferentes escalas compuestas por colores, números o dibujos para intentar cuantificar la intensidad del dolor. Elegir cuál utilizar no es tan importante como saber aplicarla. Existen dos tipos de escalas que se utilizan según la edad del paciente: subjetivas y objetivas.

¿En qué consisten las escalas objetivas?

Valoran las actitudes y el comportamiento de los niños ante el dolor a través de la observación directa (si lloran, mueven las piernas, tienen la cara triste) y la medida de algunas constantes vitales (tensión arterial, frecuencia cardiaca). La más utilizada es la escala FLACC (Face, Leg, Activity, Cry, Consolability) que valora la cara, el movimiento de las piernas, la actividad, cuándo llora y si se puede consolar.

Tabla 1. Escala FLACC del dolor según el comportamiento para padres o cuidadores.

ESCALA FLACC

 

Clasificación

0

1

2

Cara

Ninguna expresión particular, sin sonrisa, desinteresado.

Mueca ocasional o frunce el ceño. Reservado.

Frunce el ceño frecuentemente o de manera constante, mandíbula apretada, barbilla temblorosa.

Piernas

Posición normal o relajada.

Intranquilas, inquietas, tensas.

Da patadas, baja y sube las piernas.

Actividad

Acostado tranquilo, en una posición normal, se mueve fácilmente.

Se retuerce, cambia de postura, tenso.

Se arquea, está rígido o se sacude.

Llanto

No llora (ni cuando está despierto, ni cuando está dormido).

Gime o lloriquea, se queja de vez en cuando.

Llanto constante, chillidos o sollozos, quejas frecuentes.

Capacidad para sentir alivio o consuelo

Contento, relajado.

Se tranquiliza al tocarlo, arrullarlo o al hablarle. Se le puede distraer.

Dificultad para consolarle o reconfortarle.

Cada una de las cinco categorías (cara, piernas, actividad, llanto y capacidad para sentir alivio) se valora en una escala del 0 al 2, y se suman para obtener un total de 0 a 10 puntos.

¿Y las escalas subjetivas?

Las escalas subjetivas son más fáciles de interpretar, ya que es el niño el que nos dice qué le duele, dónde, desde hace cuánto y todo eso se traduce en números, colores o dibujos. Solo se pueden utilizar en niños mayores, con capacidad para entender y expresarse mejor. Para niños mayores de 5 años se utilizan escalas con dibujos de caras que representan distintas intensidades de dolor y el niño elige el que más se parece a cómo le duele. Siendo el número 0 ningún dolor y el número 10 el mayor dolor posible (Figura 1). 

Figura 1: Escala con caritas para la evaluación del dolor en niños mayores de 5 años (Adaptado de Wong and Baker, 1988). ESCALA DE WONG BAKER

Expresión

 

Descripción

No hay dolor

Duele un poco

Duele algo más

Duele bastante

Duele mucho

Máximo dolor

Puntuación

0

2

4

6

8

10

Otra diferente es la Escala numérica de valoración del dolor (EVA). Es una línea recta numerada del 1 al 10; el número 1 es la ausencia de dolor y el 10 el mayor dolor posible. También está la variación de colores que para niños entre 3-7 años puede ser más útil (Figura 2).

Figura 2: Escala numérica de valoración del dolor

 

Artículo publicado el  
22-4-2016, revisado por última vez el 20-4-2016
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.