Edades y etapas
La pornografía: claves para las familias
El primer contacto ocurre a edades muy tempranas. La familia es fundamental en la educación sexual.
Los niños de ahora viven rodeados de tecnología. Tienen numerosas aplicaciones, páginas, imágenes y vídeos a golpe de clic. El acceso de los menores a Internet abre las puertas a contenido no siempre adecuado para ellos. Incluyendo la pornografía. Aunque no lo busquen, en ocasiones les llega a sus dispositivos o a través de algún amigo. Este exceso de información, no siempre fiable ni adaptada a su grado de madurez, junto con la gran presión social que sienten en la edad adolescente, les puede poner en riesgo de tomar decisiones que impacten en su salud.
¿Cuándo ocurre el primer acceso?
Según datos recientes de Save the children, el primer contacto con el porno sucede de media a los 12 años. Esto significa que muchos niños llegan a ello a edades más tempranas, lo cual puede suponer un gran impacto para ellos. Las familias son un pilar fundamental en la educación de los niños, incluyendo lo referido a su sexualidad. Es importante conocer estos datos y acompañar de manera adecuada sus descubrimientos.
¿Qué se puede hacer si ya ha visto porno?
Es fundamental que los niños no sientan culpabilidad y tengan la confianza suficiente para compartir sus dudas con referentes adecuados. Lo ideal es fomentar la reflexión acerca de lo que ven, haciéndoles preguntas que promuevan la visión crítica sobre el tema. En cursos de formación realizados en centros educativos, se pregunta a los alumnos directamente por el porno, no con afán recriminatorio o para emitir un juicio, sino para iniciar conversaciones que deriven en reflexiones. ¿Cómo habéis llegado a ello?, ¿qué ideas transmite?, ¿qué piensas sobre ello?
Puede resultar útil activar controles parentales en los dispositivos, aunque éstos no sustituyen en ningún caso la vigilancia y el seguimiento estrecho por parte de los cuidadores.
¿Qué riesgos puede suponer la pornografía en la infancia?
Si la sexualidad se interpreta a través de la pornografía, puede tenerse una visión muy reducida de la misma. La mayor parte del porno se centra en la penetración y el coito, con protagonismo de la zona genital. La sexualidad y el placer abarcan mucho más, siendo variable en cada persona.
Por otra parte, se puede producir una distorsión de la imagen corporal si los referentes se sitúan en el porno. Además de estar editado en cuanto a imágenes y escenas, los actores y actrices realizan una preparación específica que no suele darse en la vida real. Además, suele basarse en estereotipos de personas. Todo esto puede conducir a falsas expectativas y posterior frustración y baja autoestima.
Al no ser una fuente educativa, en la pornografía no se pone atención a las conductas de riesgo. Los niños deber saber que el porno es ficción y como tal, está sometido a unas reglas y seguimiento médico que no sale en la pantalla. En la vida real necesitan proteger su salud, evitar enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
En muchas ocasiones el porno utiliza violencia, ya sea verbal o física. El consentimiento no se da de forma explícita. Tampoco suele existir comunicación entre las personas respecto al sexo. Todo esto puede conducir a ideas equivocadas respecto al respeto mutuo.
A veces es necesario recurrir a especialistas de la salud mental para realizar terapia. En estos casos es importante valorar las repercusiones que está teniendo en todos los ámbitos de la vida del niño y seguir unas pautas concretas e individualizadas.
¿Se aprende la sexualidad?
Queramos o no, la sexualidad se aprende. Es inherente al ser humano y se llegará a ella de una manera o de otra. No podemos permitir que las inquietudes de los niños acerca de la sexualidad en todos sus ámbitos sean respondidas mediante la pornografía. Necesitan referentes fiables para aprender sobre la sexualidad y la familia puede ser un gran apoyo en esta educación. Se debe establecer un canal de comunicación con los niños respecto al sexo. Que sepan que estamos abiertos a resolver sus dudas y contestar a sus preguntas. Tienen que saber que no somos expertos y que podemos investigar juntos sobre aquellas cuestiones más difíciles o desconocidas.
Debemos hacerles entender que el porno es ficción. Al igual que no aprenderían a tocar un instrumento viendo vídeos musicales, los conocimientos sobre sexualidad no se adquieren a través de este formato. No se corresponde con la realidad. Le faltan conceptos clave en las relaciones humanas: respeto, atención a la diversidad y comunicación.
¿Cuales son los conceptos principales en educación sexual?
Hay que hablarles del respeto. Propio y ajeno. Toda persona merece consideración sólo por el hecho de existir. Se debe tener en cuenta su opinión. Es importante que conozcan las señales de coacción, incluso las más sutiles.
Otro concepto es el de la diversidad. Todos somos únicos. No existe un patrón ideal normativo para todos. Y deben aprender a valorar esa individualidad.
Otra de las claves en sexualidad es la comunicación entre las partes implicadas. Antes de iniciarse en la práctica sexual deberían tener integrado el concepto del consentimiento. Nada es aceptable si no se ha dado el consentimiento de forma inequívoca. Esto lo tienen que conocer para evitar situaciones desagradables en ambos sentidos.
Desde EnFamilia os invitamos a investigar acerca de los proyectos de educación sexual en la infancia que se están realizando en vuestras localidades. Seguro que hay profesionales dispuestos a transmitir sus conocimientos y ayudar en las situaciones que así lo requieran. Hablemos de sexualidad con nuestros adolescentes para que la vivan con naturalidad, seguridad y satisfacción.