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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Traumatismo ocular

Lesión provocada por un golpe, un corte o una quemadura que daña el ojo o los tejidos perioculares

Traumatismo ocular

 ¿Qué es?

Se considera un traumatismo ocular a aquella lesión provocada por un golpe, un corte o una quemadura que daña el ojo o los tejidos perioculares.

En nuestro país la causa más frecuente de traumatismo ocular son los accidentes laborales, seguidos de los domésticos y de aquellos producidos mientras realizamos actividades de ocio. En un porcentaje menor están producidos por accidentes deportivos o agresiones.

¿Cuáles son los síntomas? 

La sintomatología es muy variada y puede ir desde la pérdida del globo ocular a una erosión muy leve.

La mayoría de los traumatismos oculares en los niños son leves. Los síntomas más frecuentes son ojo rojo, dolor, lagrimeo, sensación de cuerpo extraño, etc.

Los casos más graves pueden cursar con disminución de visión, pupila deformada, un ojo más salido que el otro, falta de movilidad del ojo, visión doble, herida importante en párpados, presencia de sangre en las estructuras del ojo etc.

¿Qué se puede hacer? ¿Cuándo debo consultar? 

Cuando se produce una lesión ocular, es importante que lo examine un médico lo antes posible para valorar la gravedad y su posible derivación al oftalmólogo.

Si se ha caído una sustancia química en el ojo lo primero que se aconseja es un lavado profuso del ojo durante no menos de 15 minutos, con suero fisiológico o agua.

En los traumatismos directos hay que evitar las maniobras que aumenten la presión en el ojo (por ejemplo, aguantar la respiración, estornudar, toser, etc.). Hay que evitar también la manipulación del ojo (evitar tocarse o frotarse el ojo) y protegerlo colocando una gasa suavemente.

¿Cómo se diagnostica? 

Para el diagnóstico es fundamental una historia clínica detallada para documentar el mecanismo de la lesión, la actividad que se estaba realizando en el momento del accidente, las características del objeto causante del traumatismo (uña, tornillo, cuchillo, barra etc.) o el tipo de líquido derramado (ácido o álcali).

Posteriormente, el médico explorará el ojo. En los niños hay que comenzar con una inspección externa (región periocular, párpados cejas, canalículos lagrimales).

A veces, si se sospecha que hay una herida o erosión en la córnea, se echan unas gotas (fluoresceína) que colorean las heridas de la superficie del globo ocular, permitiendo su visualización.

En los casos más graves, puede ser necesario que el niño sea valorado por un oftalmólogo para completar la exploración.

¿Cómo se trata? 

Dado que las lesiones pueden ser muy variadas, cada una tiene su tratamiento específico: desde una extracción de cuerpo extraño debajo del párpado que ha producido una úlcera-erosión corneal secundaria, aplicando una pomada antibiótica. Hasta una reconstrucción quirúrgica de los párpados, del globo, incluso extracción de un cuerpo extraño intraocular mediante cirugía vítreo-retiniana.

¿Cómo se puede prevenir? 

Los accidentes domésticos, que son tan frecuentes, se pueden prevenir usando esquineras, protectores de enchufes, protectores de cierre de puertas y ventanas y elevando la altura donde dejemos depositados distintos utensilios de uso cotidiano como detergentes, cuchillos, tenedores, planchas etc.

Y, por supuesto, como norma elemental no perder de vista nunca a un niño pequeño.

En el ámbito laboral y escolar o de ocio es fundamental el uso de gafas protectoras (de material resistente a los impactos y/o protección a radiación ultravioleta) con o sin corrección visual (incluyendo gafas o lentes contacto) a la hora de realizar un trabajo o deportes que sean de riesgo.

Artículo publicado el  
23-11-2020, revisado por última vez el 23-11-2020
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.