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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Consejos de la Asociación Española de Pediatría (AEP) para un buen uso de los antibióticos y reducir las resistencias bacterianas

Desde 2008, cada 18 de noviembre, se celebra el Día Europeo para el Uso Prudente de los Antibióticos, una iniciativa impulsada por el Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC). Y marca el inicio de la Semana Mundial de Concienciación sobre la resistencia a los antimicrobianos.

Su objetivo es concienciar sobre los riesgos asociados al uso inadecuado de los antibióticos y sobre cómo utilizarlos responsablemente, para prevenir la aparición y el desarrollo de resistencias.

La resistencia a los antibióticos es una seria amenaza para la salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las resistencias antimicrobianas constituyen una de las 10 principales amenazas para la salud.

Según datos del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN), coordinado por la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS), España es uno de los países de la Unión Europea que más ha reducido su consumo de antibióticos en los últimos años; en concreto, ha disminuido en un 17 % su utilización en humanos y en un 61 % en animales entre 2014 y 2022. Sin embargo, sigue ocupando el séptimo lugar en el ránking de ingesta de estos fármacos.

Es tarea de todos el avanzar hacia un uso correcto de los antibióticos, por un lado, mejorando la concienciación de la población y, por otro, igualmente importante, con una buena formación de los sanitarios para que los prescriban de forma correcta.

Por ello, desde el Comité de Medicamentos de la AEP realizan cinco recomendaciones para un buen uso:

  • Hacer una prescripción adecuada por parte del facultativo.
  • Si se pauta un tratamiento con antibióticos por una sospecha de infección bacteriana, se debe suspender una vez que se demuestre que la infección está producida por un virus u otro microorganismo.
  • No se debe mantener el tratamiento con antibióticos durante más tiempo del necesario.
  • No tomar antibióticos en caso de gripe, infección vírica, dolor o catarro.
  • Aunque cada vez es menos frecuente, nunca se debe tomar antibióticos sin prescripción médica. Aunque tengamos una caja de antibióticos con pastillas sobrantes de alguna receta anterior, no se deben tomar si no ha existido previamente una prescripción facultativa.

Usar estos medicamentos con prudencia por parte de todos, puede ayudar a detener el desarrollo de bacterias resistentes y conseguir que los antibióticos mantengan su eficacia para las generaciones venideras.