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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Castillos hinchables, ¿son una diversión segura?

Los castillos hinchables, si se usan siguiendo algunas recomendaciones, son atracciones seguras

Niño en castillo hinchable

Los castillos hinchables son una atracción para niños ampliamente extendida. Los podemos encontrar tanto en ferias, festivales y parques de atracciones, como en fiestas privadas. Si se usan siguiendo algunas recomendaciones son atracciones en principio seguras.

¿Cuál es el mecanismo por el que se producen más lesiones?

La falta de supervisión y el uso simultáneo por un número elevado de participantes, sobre todo si son de distintas edades, son los principales factores de riesgo para que se produzcan los accidentes.

El principal mecanismo de lesión son las caídas, tanto las que se producen en el interior del castillo como hacia el exterior, y los choques entre niños de distinta edad y tamaño.

Los desplazamientos del castillo por un mal anclaje y las ráfagas de viento que pueden provocar que los niños salgan despedidos hacia afuera son mecanismos a tener en cuenta por su potencial gravedad.

¿Qué tipo de lesiones se producen?

En los últimos años se ha observado un incremento significativo del número de niños atendidos en los servicios de urgencias por lesiones producidas como consecuencia del uso de estos dispositivos (en EE. UU. se ha descrito una tasa de lesiones de 5,3/100 000 niños).

Las fracturas y esguinces son las lesiones que con mayor frecuencia se producen, siendo las primeras más frecuentes en menores de 5 años y las segundas en adolescentes. Las siguientes en frecuencia son las contusiones, los hematomas y las quemaduras provocadas por el roce con la lona del castillo.

Las regiones más afectadas son las extremidades, tanto superiores como inferiores, seguidas del cuello y la cabeza. Los traumatismos craneoencefálicos, aunque no son muy frecuentes, son más importantes por su potencial gravedad.

¿Qué podemos hacer?

Para reducir al mínimo el riesgo de lesiones es importante seguir las indicaciones del fabricante, así como las propuestas hechas por distintos organismos, abajo resumidas:

Montaje del castillo hinchable:

  1. Solo el personal entrenado/preparado podrá montar y desmontar el castillo.
  2. Se usarán cuerdas de amarre lo suficientemente resistentes, así como anclajes adecuados que impidan que las cuerdas se deslicen y suelten. Se establecerán, al menos, 6 puntos de anclaje.
  3. Se debe colocar sobre una superficie plana, retirando rocas, palos o posibles elementos que sobresalgan, como aspersores de agua.
  4. El perímetro de seguridad alrededor del castillo será, al menos, de un metro.
  5. Se colocará lejos de ramas de árboles y del tendido eléctrico.
  6. En caso de montarse en un interior hay que asegurarse de que el castillo esté lejos de las paredes y de que el techo quede varios metros por encima de la parte superior del mismo.
  7. Debe haber una superficie blanda a la entrada/salida del castillo.

Uso adecuado:

  1. La entrada y la salida se han de mantener despejadas en todo momento.
  2. Antes de subirse al castillo se retirarán los zapatos, joyas, gafas, así como los objetos punzantes. No se subirá comida, bebida, ni ningún tipo de mascota.
  3. No se podrán realizar volteretas, juegos bruscos, ni subirse o colgarse de las paredes.
  4. En la medida de lo posible, los niños se mantendrán alejados de la entrada y de las paredes.
  5. Si el castillo comienza a perder aire se parará la actividad.
  6. En caso de meteorología adversa (lluvia, viento…) también es conveniente detener la actividad.

Medidas de prevención:

  1. La actividad estará en todo momento supervisada por un adulto responsable que verifique la seguridad de la instalación y la correcta utilización por los niños.
  2. Se limitará el número de usuarios al estipulado por el fabricante.
  3. Se realizarán sesiones por grupos de edad y peso.
Artículo publicado el  
20-5-2015, revisado por última vez el 20-5-2015
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.