Temas de salud
Hernia umbilical
¿Qué es y por qué se origina?
Es un orificio en la pared abdominal a nivel del ombligo consecuencia del cierre incompleto del orificio por el que pasa el cordón umbilical, por ello es más frecuente en prematuros.
¿Es frecuente?
Es uno de los defectos congénitos más frecuentes y puede llegar a afectar a uno de cada cinco recién nacidos. La frecuencia es mayor en algunos grupos étnicos (africanos, andinos). También se puede asociar a otros defectos (alteraciones genéticas, síndromes metabólicos o dismorfias), aunque lo más frecuente es que se presente de forma aislada.
¿Cómo se diagnostica?
Los cuidadores de estos niños perciben fácilmente un abultamiento (intestino saliendo de la cavidad abdominal cubierto por la piel) a nivel del ombligo, de forma permanente o cuando el niño hace fuerza (llora, tose, defeca). En casos más leves solo la exploración física permite apreciar el defecto. No son necesarias pruebas adicionales.
¿Qué clínica presenta?
La mayoría no da síntomas. Si el intestino queda atrapado en el anillo herniario (hernia incarcerada) se produce una obstrucción intestinal aguda con compromiso visceral, lo que requiere una valoración quirúrgica urgente. En este caso la hernia duele y el niño suele vomitar. Afortunadamente, la incarceración de una hernia umbilical es un evento muy poco frecuente.
¿Cuándo se debe tratar?
Si no dan problemas, conviene esperar hasta los 4-5 años antes de plantearse su cierre, ya que algunas de ellas se reducen o cierran solo con el crecimiento.
Los criterios para intervenir se derivan del sentido común, que aconseja cerrar los defectos umbilicales en niñas (las hernias umbilicales durante el embarazo acarrean enormes complicaciones), en presencia de obesidad importante, defectos mayores de 1,5 centímetros, en caso de que la hernia crezca, cuando se produzcan episodios de atrapamiento intestinal o cuando asocian defectos estéticos (piel con forma de trompa de elefante).
¿Cómo se tratan?
Los cirujanos pediátricos son los especialistas encargados de valorar y corregir estos defectos mediante la herniorrafia, una sencilla intervención quirúrgica que cierra el defecto aprovechando el ombligo para ocultar la cicatriz. La cirugía se realiza de manera ambulatoria, sin ingreso, y con excelentes resultados.