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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Malaria o paludismo

Es una temida enfermedad tropical, especialmente grave en los niños, que en ocasiones se traen de vuelta los que viajan a países tropicales

La malaria o paludismo es la enfermedad parasitaria más frecuente en el mundo, transmitiéndose en la actualidad en 85 países y poniendo en riesgo la salud de más de la mitad de la población mundial. 

Actualmente la transmisión de la malaria se restringe a los países situados entre los dos trópicos (países endémicos), siendo responsable de más de 249 millones de casos de enfermedad y cerca de 608.000 muertes anuales. La pandemia de COVID-19 ha repercutido negativamente en las tendencias epidemiológicas de esta enfermedad, con un aumento notable de casos experimentado en los últimos 3 años. 

Aunque no se transmite dentro de nuestro país, la malaria puede ser un hallazgo importado en viajeros o inmigrantes que provienen de zonas donde sí se transmite.

El paludismo se debe sospechar en todo viajero procedente de países endémicos que comience con fiebre. Su rápido diagnóstico y tratamiento evitará las complicaciones graves y la muerte.

¿Qué gérmenes causan la enfermedad y cómo se transmite?

La malaria es una infección producida por un parásito microscópico llamado Plasmodium, que es transmitido por la picadura de un mosquito hembra de la familia Anopheles. Existen 5 especies del parásito capaces de producir enfermedad en los humanos: P. falciparum, P. vivax, P. knowlesi, P. ovale y P. malariae.

Cuando un mosquito infectado pica a un humano, el parásito completa su ciclo vital en el hígado y en la sangre de la persona infectada, apareciendo los síntomas y las complicaciones de la enfermedad.

La presencia y distribución geográfica de las 5 especies en aquellos países donde la malaria se transmite, determinarán los riesgos para el paciente ya que no todas conllevan la misma gravedad. Así, el Plasmodium falciparum, presente fundamentalmente en el continente Africano y en algunas zonas de América (Amazonas), Asia (subcontinente indio) y Oceanía, es el principal y casi único responsable de enfermedad grave y muertes; mientras que las otras especies suelen causar episodios más benignos. Recientemente se han documentado casos graves también secundarios a P. vivax y P. knowlesi, pero en términos relativos estos son responsables de una pequeña proporción de los casos de malaria grave en el mundo. 

¿Cuáles son los síntomas?

Tras la picadura del mosquito hay un periodo de incubación hasta que aparecen los síntomas, que suele durar entre 10 y 21 días, aunque puede llegar hasta meses (sobre todo en casos de P. vivax). Las primeras manifestaciones de la enfermedad suelen ser fiebre alta, escalofríos, malestar general y otros signos inespecíficos, particularmente en los niños. Si la enfermedad progresa (sobre todo en los casos de infección por P. falciparum), pueden aparecer las complicaciones más típicas que incluyen la anemia, las dificultades respiratorias y las manifestaciones neurológicas (convulsiones y disminución del estado de consciencia). Si estas complicaciones no son tratadas adecuadamente pueden conducir rápidamente a la muerte. 

¿Cómo se diagnostica?

Es importante sospechar la enfermedad en el caso de aparición de síntomas tras un viaje a una zona endémica en el mes precedente.

En la actualidad existen diferentes métodos diagnósticos que se utilizan en los hospitales y que incluyen la detección de parásitos en una muestra de sangre observada al microscopio (gota gruesa) o la utilización de pruebas diagnósticas rápidas (tests rápidos) realizadas con una gota de sangre del paciente. Aunque la sensibilidad de estos métodos es adecuada, puede darse el caso de que los tests diagnósticos sean inicialmente negativos, o que el parásito que haya causado la infección (sobre todo en casos de P. falciparum) no exprese la proteína HRP2 que es la que miden la mayoría de los tests diagnósticos; una complicación cada vez más frecuente en algunas zonas endémicas.

Debido a la potencial mortalidad de esta infección, la malaria debe tratarse de forma enérgica siempre que se sospeche, aun en ausencia de confirmación parasitológica.

¿Cómo se trata?

Existen diferentes fármacos antipalúdicos que pueden utilizarse para su tratamiento. 

En la actualidad se recomienda, para los casos graves, el uso de fármacos intravenosos como los derivados de las artemisininas (artesunato) y solo en ausencia de éstas, recurrir a tratamientos cada vez más en desuso como la quinina. Para los casos menos graves pueden usarse tratamientos por vía oral, también recomendándose las combinaciones farmacológicas que incluyen a un derivado de las artemisininas. 

El tratamiento debe administrarse un mínimo de 3 días para ser efectivo, siempre bajo supervisión médica, y prolongarse en aquellos casos más graves. En los casos de infección por las formas recidivantes de malaria (P. vivax y P. ovale), deberá añadirse un tratamiento radical con la primaquina, previo cribaje obligatorio de deficiencias del enzima G6PD, puesto que en aquellas personas con función deficitaria de este enzima, el tratamiento con primaquina puede desencadenar una anemia hemolítica potencialmente grave.

¿Cómo se puede prevenir?

La mejor forma de prevención es evitar las picaduras de los mosquitos cuando se vive o se viaja a una zona endémica. Los medicamentos (quimioprofilaxis antipalúdica) son importantísimos y pueden ayudar a prevenir el paludismo, debiéndose siempre recomendar a viajeros (incluyendo a los niños) que puedan estar expuestos a un alto riesgo de picaduras infectivas.

Los niños más pequeños tienen un riesgo mayor de padecer una malaria grave si se infectan, por lo que no deben viajar a zonas de malaria si se puede evitar. Si lo hacen, es muy importante prevenir las picaduras de los mosquitos y utilizar los medicamentos que estén recomendados para su edad y el lugar que vayan a visitar.

¿Qué medidas existen para evitar las picaduras?

  • Dormir bajo una red mosquitera impregnada de insecticida, comprobando que no tenga agujeros y que esté adaptada al colchón.
  • Usar insecticidas en la habitación antes de acostarse.
  • Utilizar ropa de manga larga, pantalones largos y calcetines, especialmente cuando se esté al aire libre al anochecer.
  • Usar insecticidas con DEET (dietiltoluamida) en la piel y ropas, en formulaciones adecuadas para el uso infantil.
  • Cubrir las ventanas y puertas con una red.

¿Qué medicinas se administran para prevenir la malaria?

En caso de viajes a zonas donde la transmisión es intensa, y como todavía no existe ninguna vacuna que pueda administrarse a viajeros (aunque sí a niños de zona endémica), deberá iniciarse siempre un tratamiento preventivo con medicamentos que evitará que posibles infecciones progresen y lleguen a causar la enfermedad. Estos medicamentos se deben empezar a tomar antes del comienzo del viaje y su uso debe prolongarse, como mínimo, hasta una semana después del regreso.

Hay varios fármacos que se utilizan para la prevención del paludismo. Los pueden tomar incluso los niños más pequeños, pero es muy importante que se utilice el medicamento y las dosis adecuadas. El tratamiento ha de ser prescrito por un médico con conocimientos en este tipo de enfermedades.

¿Qué hay que hacer si se ha estado en contacto con un enfermo?

La malaria no se transmite por contacto directo entre humanos, por lo cual no es una enfermedad contagiosa y no debe tomarse ninguna medida especial de precaución ante el contacto con un enfermo. Sin embargo, es una enfermedad de declaración obligatoria, por lo tanto, las autoridades sanitarias deben ser siempre informadas ante la detección de un caso.

Artículo publicado el  
4-3-2024, revisado por última vez el 4-3-2024
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.