EnFamilia

Escrito por pediatras, pensado para las familias

Vértigo paroxístico benigno

De repente, el niño no quiere caminar, le da miedo, pone cara de angustia y se agarra a algo cercano o se deja caer al suelo

Niño girando en un columpio

¿Qué es el vértigo paroxístico benigno?

Esta entidad es una de las causas más frecuentes de vértigo  e inestabilidad en niños. Forma parte de los equivalentes de la migraña en la edad pediátrica y hoy en día se tiende a sustituir este término por el de “vértigo recurrente de la infancia”.  Suele aparecer entre el primer y el cuarto año de vida.

¿Cuáles son los síntomas?

Se trata de episodios bruscos de vértigo (trastorno del equilibrio), es decir, episodios de inestabilidad con sensación de giro de los objetos de alrededor o de nuestro propio cuerpo. De repente, el niño no quiere caminar, le da miedo, pone cara de angustia y se agarra a algo cercano o se deja caer al suelo (por sensación de inestabilidad). Puede llorar. En ocasiones se acompaña de palidez, vómitos y movimientos rápidos horizontales de los ojos (nistagmo).

Suele durar solo unos minutos aunque se dan casos de prolongarse hasta 72 h, ceden de forma espontánea y cuando finalizan el niño continúa con la actividad que estaba realizando. Suelen repetirse, de hecho esto ayuda al diagnóstico. No se encuentran desencadenantes aparentes.

¿Cuándo debo consultar?

En necesario que el pediatra realice una valoración pediátrica en todo niño con vértigos, principalmente si la duración del vértigo es prolongada (horas o días), si aparece en niños de mayor edad, se desencadena con los movimientos de la cabeza o tras haber sufrido un golpe en la cabeza o si se acompaña de disminución de la audición, otros síntomas neurológicos o fiebre.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico es fundamentalmente clínico. Este vértigo es tan característico que no se necesita ninguna prueba complementaria para su diagnóstico. Se recomienda valoración por el neurólogo o el otorrinolaringólogo cuando la clínica plantee dudas diagnósticas.

¿Cómo se puede prevenir?

No existen desencadenantes claros. En algunas ocasiones se ha relacionado con la falta de sueño, el estrés, ciertos alimentos…

¿Cómo se trata?

Debido a la brevedad de los episodios, generalmente estos no requieren tratamiento. En muy raras ocasiones, si son muy frecuentes, puede plantearse un tratamiento preventivo con algunos medicamentos de los que se utilizan para la prevención de los ataques de migraña para disminuir la frecuencia de los episodios.

¿Cuánto tiempo los va a tener?

Los episodios suelen desaparecer 3-4 años después de su inicio. Aunque una parte de los niños que lo han padecido desarrollará migraña en la adolescencia o edad adulta.

 

Artículo publicado el  
20-4-2016, revisado por última vez el 24-8-2023
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.