Temas de salud
Fimosis. ¿De qué tratamientos disponemos?
La fimosis es muy frecuente en los niños, encontrándose hasta en el 86% de los niños de tres años de edad. Existe fimosis cuando el orificio de la piel que cubre el glande, a la que se llama prepucio, es más estrecho que el propio glande impidiendo su retracción.
La mayoría de estas estrecheces del prepucio se solucionan con la edad. Sin embargo, en un número no despreciable de niños, ésta persiste en el tiempo, pudiendo provocar infecciones locales (balanitis), infecciones urinarias o problemas a nivel psico-sexual.
No debe confundirse con las adherencias balano-prepuciales, que son pegaduras fisiológicas entre el prepucio y el glande, pero sin asociar estrechez en el capuchón prepucial. Las adherencias no deben tratarse, ya que se van liberando con el desarrollo del niño.
Si la fimosis no ha desaparecido con la edad, ¿qué hay que hacer?
Si la fimosis persiste en el tiempo hay que tratarla para que el orificio del prepucio sea lo suficientemente amplio como para que pueda bajar completamente y mostrar el glande sin dificultad, no se dificulte la micción y permita tener erecciones con normalidad. Las retracciones del propucio nunca deben provocar dolor.
Es importante recordar que esta patología debe estar resulta antes de la adolescencia.
¿De qué tratamientos podemos disponer?
Si no hay problemas asociados, el tratamiento con corticoides tópicos de potencia media se considera la primera línea de manejo; la aplicación local de una pomadas durante cuatro semanas es capaz de resolver el problema en la gran mayoría de los casos. Dicho tratamiento debe realizarse siempre bajo la indicación y supervisión de un médico que prescribirá la pomada más adecuada y la duración del tratamiento. Cuando este tratamiento falla o no está indicado, la circuncisión ("quitar" la piel del prepucio), realizada por un cirujano pediátrico, es el siguiente escalón en el tratamiento de estos pequeños.
Fuente consultada: “Evidencias en Pediatría”