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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Carnavales y niños: cómo prevenir accidentes

Los complementos de los disfraces como varitas o espadas, es preferible que sean de materiales blandos y con puntas redondeadas

Niña disfrazada

Es tiempo de carnaval, de disfraces, maquillaje y complementos que hacen la delicia de los niños.

Desde la iniciativa “Únete a la Tropa Supersana. Descubre tus poderes” recomiendan medidas de prevención para evitar heridas o accidentes entre los más pequeños.

Es aconsejable lavar las prendas del disfraz antes de usarlas por primera vez, para evitar reacciones alérgicas o pequeñas heridas en la piel.

Algunas telas pueden provocar erupciones en el contacto con la piel del niño, por lo que es recomendable utilizar camisetas interiores, mallas o leotardos debajo de la ropa del disfraz.

Los complementos de los disfraces como varitas o espadas, es preferible que sean de materiales blandos y con puntas redondeadas para que no puedan causar heridas.

Hay que comprobar que las caretas y maquillaje faciales permiten ver sin dificultad y no entorpecen su campo de visión. Además que el niño respira sin dificultad.

Respecto al maquillaje, es necesario emplear pinturas de cara especialmente diseñadas para ello, como pinturas hipoalergénicas o pinturas de agua, que ayuden a prevenir reacciones alérgicas o irritaciones de la piel.

Se aconseja administrar una capa de crema hidratante tanto antes del maquillaje, como tras quitarlo, lavando la cara con agua y jabón.

Los petardos deben ser manipulados por adultos. Los niños no deben manipular cohetes o petardos, ya que  al ser elementos potencialmente peligrosos pueden causar quemaduras, heridas o lesiones auditivas de distintos grados.

Tamben hay que cumplir las normas de seguridad básica, como evitar su lanzamiento en interiores o espacios cerrados, o comprobar que los elementos que componen el disfraz son materiales no inflamables.

Artículo publicado el  
7-2-2016, revisado por última vez el 7-2-2016
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.