Edades y etapas
Guardería. ¿Cuándo llevar al niño o dejarlo en casa?
La mayoría de los bebés en las guarderías tienen de 8 a 12 resfriados al año
¿Por qué se propagan las enfermedades entre los niños de guarderías?
Cuando el niño va a la guardería, además de los posibles beneficios de esta nueva situación para el más mayorcito (socialización, adaptación a normas, aprender a compartir, etc.), hay una consecuencia fundamental, desde el punto de vista de la salud, que es la exposición más temprana e intensa a los agentes infecciosos, y que, casi inevitablemente, se traduce en repetidos episodios de infecciones, sobre todo respiratorias y gastrointestinales.
Los niños pequeños que acuden a la guardería tienen más infecciones. Estas infecciones, sobre todo las causadas por virus, se producen por la simple exposición a otros niños o adultos enfermos, de manera que, cuantos más haya juntos, mayor será la posibilidad de que alguno tenga una infección y más fácil será su contagio a los otros.
Además, la prevención suele ser difícil, especialmente en el caso de las enfermedades de las vías respiratorias, pues gran parte de ellas ya se están transmitiendo a los demás antes de producir los primeros síntomas y, por tanto, de ser identificadas.
Un factor importante es la edad de inicio de la guardería. Los niños más pequeños tienen más infecciones debido a la inmadurez de sus defensas. También influyen las medidas higiénicas del local, el número de niños por cuidador y las características del propio niño.
La mayoría de los bebés en las guarderías tienen de 8 a 12 resfriados al año, que son algunos más de los que tendrían si fueran cuidados exclusivamente en el hogar. Después del primer año de asistencia a la guardería, la cantidad de enfermedades respiratorias disminuye.
Esta situación puede considerarse como una etapa más o menos inevitable que habrá que pasar y que un niño normal superará sin grandes problemas.
¿Cuáles suelen ser las enfermedades que más se propagan?
Durante los primeros años, las enfermedades infecciosas más frecuentes son las que afectan a las vías respiratorias: los catarros y sus complicaciones. También las enfermedades que producen diarrea y vómitos. Son frecuentes las infecciones de la piel y las conjuntivitis. Muchas de estas enfermedades también dan fiebre.
¿Cuándo se debe dejar al niño en casa si está enfermo?
Cuando un niño está enfermo necesita descanso. Es preferible que se quede en casa mientras dure la enfermedad, jugando tranquilamente, leyendo cuentos y realizando la actividad que desee. Puede que no duerma bien por la noche y que prefiera dormir durante cortos periodos de tiempo durante el día, coincidiendo con los momentos en que esté cansado y no se encuentre bien.
Cada niño puede tener necesidades diferentes. Algunos prefieren estar en la cama y otros en el sofá o moviéndose por la casa. Es recomendable que la habitación no esté muy caliente, abrir las ventanas para ventilar y mantener una higiene adecuada.
En los primeros días es posible que no quiera comer. No hay que empeñarse en que tome alimentos, ya que, de forma progresiva, suelen recuperar el apetito. Conviene que beba líquidos para que esté hidratado (agua, zumos, caldos, infusiones). Cuando tenga apetito, se le pueden ofrecer pequeñas porciones de alimentos y líquidos nutritivos, como la leche.
Conviene seguir las recomendaciones de los profesionales sanitarios hasta la recuperación y, en cualquier caso, no llevarlo a la guardería hasta 24 horas después de que la fiebre haya desaparecido.
No debe llevarse al niño a la guardería en las siguientes circunstancias:
- Cuando lo aconseje el sentido común
- En los casos en que el niño precise un tipo de cuidados que no puedan ofrecerse en la guardería o quede incapacitado para participar aceptablemente en las actividades normales del centro
- Si tiene síntomas de afectación de su estado general, como fiebre, dificultad respiratoria, irritabilidad, etc. o bien síntomas poco definidos y potencialmente peligrosos, como, por ejemplo, vómitos sin una causa que lo explique.
- Cuando el niño tenga una enfermedad que puede afectar a los demás. Algunas enfermedades requieren periodos de exclusión de los centros de atención infantiles.
- En enfermedades como catarros, gripe, los niños pueden ir a la guardería cuando se encuentren bien y sin fiebre. En el caso de algunas enfermedades como el megaloeritema, la enfermedad boca, mano y pie, el exantema súbito, o lesiones en la boca, puede acudir a la guardería si se encuentra bien.
- En el caso de gastroenteritis sin fiebre, no deben acudir mientras las deposiciones sean líquidas y puedan rebasar el pañal.
¿Cómo se pueden prevenir?
La prevención de las infecciones se basa en tres pilares fundamentales:
- Vacunación correcta de los niños y los adultos cuidadores.
- Evitar la transmisión. El lavado de manos es el factor más importante en la reducción de la transmisión de enfermedades en las escuelas infantiles. En estos centros deberán existir instalaciones adecuadas y rutinas o procedimientos claros sobre cómo y dónde se cambia a los niños, e igualmente en relación a la preparación de sus alimentos. Los juguetes de uso común deben lavarse a menudo y los paños de cocina y toallas a diario. En ciertos casos deberán excluirse temporalmente (o separarse a otra habitación, según los casos) a los niños y adultos enfermos cuando esté probado que este tipo de medida reduzca la aparición de casos secundarios.
- Vigilancia y declaración inmediata de las enfermedades transmisibles susceptibles de aplicación de medidas preventivas (antibióticos, vacunas, etc.) a los contactos y también de cualquier otra que las autoridades sanitarias estimen conveniente para evitar otros casos.