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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Paperas (parotiditis epidémica)

La prevención más eficaz para las paperas es la vacunación
Niño con paperas

Es una enfermedad contagiosa producida por un virus, que consiste principalmente en la inflamación de las parótidas (glándulas productoras de saliva situadas a ambos lados de la cara, alrededor de la oreja). Se contagia fácilmente de persona a persona por la saliva, la tos o los estornudos.

¿Qué síntomas produce?

Después de entrar en contacto con el virus, existe un periodo libre de síntomas (incubación) que dura alrededor de 15 días. Tras ello, suele producirse una inflamación dolorosa, uni o bilateral, de la glándula parótida que provoca que la cara se hinche. Puede acompañarse de dolor en el oído o al masticar, dolor de cabeza, malestar y algo de fiebre.

También puede afectar a otras glándulas productoras de saliva como las submaxilares (localizadas en la parte posterior del suelo de la boca).

¿Cómo se diagnostica y cuál es el tratamiento?

El diagnóstico es clínico, sin necesidad de pruebas complementarias. Sin embargo, por vigilancia epidemiológica, es importante la confirmación de la presencia del virus mediante un análisis de sangre, de orina o cogiendo una muestra de la faringe.

Se deben tratar los síntomas que produce para mejorar el estado del niño: medicamentos para bajar la fiebre o disminuir el dolor.

Es muy importante que la persona enferma permanezca en casa hasta 5 días después del inicio de los síntomas para evitar que propague la enfermedad a los demás.

¿Cómo evoluciona?

En general dura 7 días y cura sin complicaciones. En ocasiones, puede provocar una inflamación de los testículos (en varones tras la pubertad), una meningitis de carácter benigno o la afectación de los nervios de la cara o de la audición (la sordera, repentina, puede ser para siempre).

¿Cómo se puede prevenir?

Se debe evitar estar en contacto con personas que la padecen. La prevención más eficaz es la vacunación.

La vacuna de las paperas se administra junto con las vacunas de otras dos enfermedades: la rubeola y el sarampión (vacuna triple vírica). Se necesitan 2 dosis para una buena respuesta.

En ocasiones hay pequeños brotes, debido a la existencia de personas sin vacunar y a que la vacuna no es totalmente efectiva (evita la enfermedad en el 85% de los casos).

En caso de brote, las Autoridades Sanitarias pueden indicar administrar una 3ª dosis de vacuna a los contactos de las personas enfermas para controlarlo.

Artículo publicado el  
29-4-2019, revisado por última vez el 8-8-2023
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.