Meningococo y meningitis bacteriana
La prevención es la mejor estrategia contra la meningitis. Hay varias vacunas para evitar las infecciones por meningococo, uno de los causantes
Las meningitis más graves están provocadas por las bacterias; entre ellas, el meningococo. Este puede tener diferentes “apellidos” (o serogrupos), siendo el B el más frecuente en España.
¿Qué es el meningococo?
El meningococo es una bacteria que habita con relativa frecuencia en las vías respiratorias altas de una persona, sin provocar la enfermedad. Se desconoce por qué en ciertos individuos susceptibles produce infecciones graves, sobre todo meningitis y sepsis (infección muy grave de la sangre), y provoca importantes secuelas, incluso la muerte de la persona afectada. Se estima que entre el 10 % y el 30 % de los que superan la infección sufren secuelas permanentes que pueden afectar al sistema circulatorio (amputaciones) o neurológico (parálisis, deficiencias intelectuales o de comunicación, sordera, ceguera o trastornos psicológicos).
¿Cuántos tipos de meningococos hay?
Aunque el meningococo puede tener hasta 12 “apellidos” (serogrupos) diferentes, en los países occidentales como España, los más habituales son el B y cada vez más el W y el Y. El C ha descendido mucho en los últimos diez años, debido a la inclusión de la vacuna frente al meningococo C en el calendario vacunal infantil de muchos los países europeos.
¿Cómo se transmite?
El contagio del meningococo se produce por vía respiratoria, a través de las gotitas que se expulsan al toser o estornudar. Cuanto mayor y más estrecho es el contacto con una persona infectada, más fácil es el contagio, por eso los entornos más favorables para su transmisión son los ambientes escolares y familiares. Sin embargo, su capacidad de contagio no es tan alta como la de un catarro o una gripe.
¿Cuáles son los síntomas?
Hay personas que, durante un tiempo, pueden ser portadores faríngeos de esta bacteria sin que les produzca ningún problema. Aunque no se sabe bien por qué, en algunos individuos y en determinadas circunstancias, el germen se salta esa barrera y penetra en el organismo produciendo la enfermedad. En ocasiones, el tiempo que transcurre entre la llegada de la bacteria y la manifestación de la enfermedad puede ser de 3-7 días.
Cuando provoca meningitis, el comienzo de los síntomas suele ser brusco con fiebre, dolor de cabeza y rigidez de la nuca, pudiendo acompañarse de náuseas, vómitos, intolerancia anormal a la luz (fotofobia) y confusión.
Entre el 5 % y el 20 % de las enfermedades por meningococo se manifiestan como sepsis meningocócicas, sin meningitis. Es decir, como una infección sanguínea generalizada que no va acompañada de inflamación de las meninges. Igualmente, los síntomas comienzan bruscamente y se caracterizan por fiebre con importante afectación del estado general y la aparición de una erupción en la piel, con pequeñas manchas de color rojo violáceas, conocidas como petequias, en cualquier parte del cuerpo, habitualmente muy numerosas y de progresión muy rápida y que tienden a unirse entre ellas en minutos dando lugar a hematomas. Ante la presencia de estos síntomas, se debe acudir de forma urgente a un centro sanitario. Una característica de estas lesiones es que no desparecen con la extensión de la piel.
¿A quién afecta?
La enfermedad meningocócica afecta principalmente a los niños menores de un año. El segundo pico de la incidencia de la enfermedad se sitúa entre 1 y 4 años y el tercero en la adolescencia, de 15 a 19 años de edad. En los niños menores de 3 años la enfermedad suele tener peor pronóstico en cuanto a secuelas y mortalidad.
En el 99 % de los casos, la enfermedad se produce en personas sanas, es decir, que no tienen otras enfermedades previas.
En los últimos años, la incidencia de la EMI está disminuyendo en todos los países. Sin embargo, en España, al igual que en otros países, en el periodo que va desde la temporada 2013-14 a la 2018-19 se produjo un incremento continuado de la incidencia de EMI, tendencia que se truncó con la irrupción de la pandemia por SARS-CoV-2 en el primer trimestre de 2020, que trajo consigo una descenso muy acusado (32,2 %) en la incidencia de EMI en la temporada 2019-20 respecto a la temporada anterior, mientras que el descenso fue aún mayor en la temporada 2020-21 (78,9 % con respecto a la 2019-20), donde hubo 8 casos de EMI en menores de 14 años, todos por el serogrupo B (MenB), mientras que en la temporada anterior en este mismo grupo de edad hubo 45 casos de EMI (29 por MenB, 3 por serogrupo C, 9 por W y 6 por Y). Al igual que en otras temporadas, la mayor tasa de incidencia por edad ocurrió en los menores de un año (1,14) seguido por los niños entre 1 y 4 años (0,19). En la actualidad, la enfermedad meningocócica ha vuelto a reemerger, confirmándose la tendencia creciente de incidencia de EMI durante la temporada 2022-23, dejando atrás el impacto de la pandemia. El número de casos y tasas fueron, en esta temporada, prácticamente el doble que en la anterior. Los menores de un año fueron el grupo de edad de mayor tasa de incidencia, y el serogrupo B el predominante, ambas características se mantienen desde hace unas dos décadas. Merece la pena prestar atención a los serogrupos W e Y, ya que las tasas de EMI por estos serogrupos han sido de 0,05 y 0,04, respectivamente (y fueron de 0,01, en ambos casos, en la temporada anterior). Hasta el 30 de junio de 2024 se han declarado 220 casos de EMI (74 más que el año anterior), siendo predominante le B con 99 casos, 45 en la edad pediátrica.
¿Cómo se puede prevenir?
La prevención es la mejor estrategia para el tratamiento de la meningitis. Actualmente existen varias vacunas para hacer frente a los diferentes serogrupos de meningococo:
La vacunación frente al meningococo C está incluida en los calendarios vacunales de todas las comunidades autónomas y ha demostrado ser muy eficaz, ya que el número de infecciones por este microorganismo ha disminuido drásticamente.
La vacunación frente al meningococo B es una oportunidad de prevención reciente. Por el momento solo algunos países europeos la incluyen en sus calendarios, pero en España todas las comunidades y ciudades autónomas la financian gratuitamente para todos los lactantes a los 2, 4 y 12-15 meses, pero puede adquirirse en las farmacias con receta. Está financiada en ciertos enfermos inmunodeprimidos, en quienes hayan padecido una infección previa y ante brotes de enfermedad meningocócica por este serogrupo.
Considerando la situación epidemiológica actual, se debe recomendar también la administración de la vacuna MenACWY en nuestro país y el Comité Asesor de Vacunas de la AEP así lo hace, proponiendo su inclusión en calendario, en sustitución de las dosis de MenC de los 4 y 12 meses y 12 años. Todas las comunidades vacunan ya a los 12 años con esta vacuna y hacen un rescate hasta los 18 años. Hay ya muchascomunidades que la financiana tal y como recomienda la AEP a los 4 y 12 meses.
Asimismo, la vacuna MenACWY es especialmente recomendable en las siguientes circunstancias:
- Niños y adolescentes que vayan a residir o a pasar estancias prolongadas en países en los que la vacuna esté indicada en esta franja de edad, como por ejemplo: Canadá, EE. UU., Argentina, Chile, Arabia Saudí, Australia, Andorra, Austria, Bélgica, Chipre, Eslovaquia, Grecia, Irlanda, Italia, Malta, Países Bajos, Reino Unido, República Checa, San Marino y Suiza.
- Mayores de 6 semanas de vida, en caso de viajar a países con elevada incidencia de enfermedad meningocócica por los serogrupos incluidos en la vacuna.
- Mayores de 6 semanas de vida con factores de riesgo aumentado de sufrir enfermedad meningocócica:
- Asplenia anatómica o funcional.
- Déficit de factores del complemento.
- Tratamiento con eculizumab.
- Transplante de progenitores hematopoyéticos.
- Infección por VIH
- Episodio previo de enfermedad meningocócica por cualquier serogrupo.
- Contactos de un caso índice de enfermedad meningocócica por serogrupo A, C, W o Y.
Además de lo ya comentado, desde el Comité Asesor de Vacunas de la AEP se recomienda dar información sobre la disponibilidad de las vacunas MenACWY y MenB a los demás niños y adolescentes y a sus familias que, de forma individual, deseen ampliar su protección frente al meningococo.