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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Adenopatías: inflamación de los ganglios linfáticos

En la gran mayoría de casos, las adenopatías no son más que una respuesta del cuerpo frente a una infección leve, generalmente de origen viral

Pediatra palpando el cuello a una niña

¿Qué son los ganglios?

Los ganglios linfáticos son una parte del sistema inmunológico de nuestro organismo, que es el encargado de defendernos frente a las infecciones y otras enfermedades. Los ganglios contienen unas células muy importantes para llevar a cabo esta función, que se llaman linfocitos.

¿Qué son las adenopatías?

Hablamos de adenopatías cuando los ganglios linfáticos se inflaman y aumentan de tamaño, pudiéndose palpar en algunos casos. Esto ocurre muy frecuentemente en los niños, ya que tienen más ganglios y son más grandes que en los adultos, las infecciones en ellos son mucho más frecuentes y la respuesta del sistema inmunológico es mayor. Las localizaciones más frecuentes de los ganglios son el cuello y la ingle. 

¿Qué significan?

En la gran mayoría de casos las adenopatías no son más que una respuesta del cuerpo frente a una infección leve, generalmente de origen viral. Sin embargo, existen numerosas enfermedades que pueden provocar la inflamación de los ganglios.

¿Cuándo debo consultar al pediatra?

En los siguientes casos se recomienda consultar al pediatra: 

  • Ganglios mayores de 1 cm o mayores de 0,5 cm en bebés menores de 1 mes.
  • Cualquier ganglio palpable justo por encima de la clavícula o en el hueco poplíteo (detrás de la rodilla).
  • Ganglios duros, que cuesta moverlos y parecen unidos a la piel o a los tejidos profundos  o ulcerados.
  • Aumento rápido del tamaño del ganglio, sobre todo si la zona está roja.
  • Los ganglios se asocian a cansancio, pérdida de peso que no se explica por otra causa, palidez o pérdida de apetito.
  • Los ganglios han aparecido tras la picadura o mordedura de un insecto o animal (gatos, garrapatas…).
  • Ganglios que permanecen más de 3 semanas. 

¿Cómo se tratan?

Las adenopatías por sí mismas no requieren tratamiento. Dado que la mayoría de los casos serán de origen viral, únicamente requerirán tratamiento sintomático con analgésicos o antitérmicos (paracetamol o ibuprofeno). Cabe mencionar que los ganglios pueden permanecer inflamados tiempo después de haberse curado la infección.

En el caso de que las adenopatías sean secundarias al contacto con un insecto o animal, o bien se hayan sobreinfectado, es posible que se requiera tratamiento antibiótico. Incluso en determinados casos puede ser necesario un drenaje quirúrgico.

Artículo publicado el  
19-1-2018, revisado por última vez el 29-5-2023
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.