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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Episodios paroxísticos no epilépticos

Aunque parecen crisis epilépticas, no lo son

Niña tumbada

¿Qué son?

Los trastornos paroxísticos no epilépticos (TPNE) son episodios que aparecen bruscamente, tienen una duración breve y un curso habitualmente recurrente.

Todos ellos tienen en común que su origen no es epiléptico, aunque algunos comparten manifestaciones clínicas con las crisis epilépticas y puede ser difícil diferenciarlos. La causa es variable, según el tipo de TPNE.

Son muy frecuentes en la infancia, sobre todo en los primeros años de la vida, mucho más que la epilepsia. Se estima que hasta un 15% de los niños menores de 15 años han padecido algún tipo de TPNE y que por cada 10 niños con TPNE hay 1 con epilepsia.

¿Cuál es la causa?

La causa es variable, según el tipo de TPNE.

Existen muchos TPNE. Hay algunos desencadenados por una falta de oxígeno (hipoxia) transitoria del cerebro (llanto prolongado, miedo, frustración o traumatismo). Otros están relacionados con el sueño o el dolor.

También existen algunos secundarios a enfermedades (reflujo gastroesofágico, algunas cardiopatías o alteraciones metabólicas), o bien las llamadas crisis psicógenas (rabietas, episodios de autoestimulación, ataques de ansiedad o pánico) o los que se manifiestan con síntomas motores.

¿Cómo se diagnostican?

La herramienta diagnóstica más valiosa es una historia clínica dónde se recojan con detalle la aparición típica y las manifestaciones clínicas características. A veces, es difícil para los padres describir lo que hace el niño durante estos episodios, los vídeos caseros pueden ser de gran utilidad. No se necesita en general la realización de pruebas complementarias. Estas deberán solicitarse solo si existen dudas diagnósticas.

Recomendaciones y tratamiento

La mayoría de las veces no es necesario ningún tratamiento farmacológico, salvo que sean secundarios a alguna enfermedad; en esta situación el pediatra pautará la terapia específica de la misma.

En la mayoría de los casos, bastará con la observación y seguimiento de estos episodios, asegurándonse de que la exploración neurológica y el desarrollo psicomotor es correcto.

Evolución y pronóstico

En general, los TPNE tienen un curso recurrente, son benignos y tienen una evolución favorable desapareciendo con el tiempo sin dejar secuelas.

Es muy importante un diagnóstico correcto para evitar someter a los pacientes a pruebas complementarias, limitaciones en su vida diaria y tratamientos farmacológicos innecesarios.

Artículo publicado el  
21-6-2019, revisado por última vez el 18-6-2019
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.