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Escrito por pediatras, pensado para las familias

Prematuros que necesitan oxígeno en casa

El tratamiento con oxígeno permite que el niño crezca y se desarrolle adecuadamente

Recién nacido con gafas de oxígeno

¿Por qué mi hijo necesita oxígeno?

Los bebés prematuros, especialmente los que nacen antes de la semana 32 de embarazo, tienen los pulmones inmaduros y requieren asistencia respiratoria durante el ingreso. Estos bebés tienen más riesgo de desarrollar la llamada displasia broncopulmonar, una enfermedad pulmonar crónica que hace que necesiten oxígeno en casa. Aunque la displasia broncopulmonar es la causa más frecuente, puede haber otras causas como enfermedades del corazón o hipertensión pulmonar.

¿Qué objetivo tiene el oxígeno en casa?

El objetivo de administrar oxígeno en el domicilio es asegurar un aporte suficiente de oxígeno a todos los órganos.  Para asegurarnos de que este aporte sea adecuado, lo medimos mediante la saturación de oxígeno, buscando que esté por encima del 93%. Si el bebé no lo consigue por sí solo, deberemos administrarlo con un dispositivo.

¿Qué funciones tiene el oxígeno?

El tratamiento con oxígeno tiene varias funciones: permitir que el niño crezca y se desarrolle adecuadamente, disminuir el riesgo de infecciones respiratorias y evitar complicaciones como la hipertensión pulmonar.

La administración de oxígeno en domicilio evita prolongar el ingreso hospitalario, con las consecuencias negativas que conlleva para el bebé y su familia.

Antes del alta, los padres se familiarizarán con su utilización.

¿Cómo funciona el sistema de oxígeno?

El sistema que administra oxígeno se compone de varias partes:

  • El depósito de oxígeno. Normalmente se suministra una bombona o bala de oxígeno líquido grande para casa y otra más pequeña para los paseos (con una capacidad para que dure 8 horas aproximadamente). Hay que vigilar el indicador de nivel de oxígeno para poder cambiarlo cuando quede poca cantidad.
  • Las cánulas nasales. Son unos pequeños tubos que se colocan en la nariz del niño y a través de ellos les llega el oxígeno.
  • El concentrador de oxígeno. Sirve para aumentar o disminuir la cantidad de oxígeno que le llega al bebé.
  • Pulsioxímetro. Es un dispositivo que mide la frecuencia cardíaca y la cantidad de oxígeno en sangre (saturación de oxígeno). Consta de una pegatina (sensor) que se coloca en los dedos de manos o pies y que se conecta a través de un cable a un monitor.

¿Qué precauciones se deben tener?

El oxígeno es una sustancia inflamable, por tanto, no se debe fumar en la habitación donde se encuentre el depósito ni mantenerlo cerca de chimeneas o aparatos que funcionen con gas o tengan llama.

El bebé en ocasiones necesita lavados nasales para evitar obstrucciones en la nariz que impidan que le llegue bien el oxígeno.

¿Cómo se controla que el oxígeno que estamos administrando es el adecuado?

Esto se hará a través del pulsioxímetro. En le pulsioxímetro se fijarán unas alarmas de frecuencia cardíaca y de saturación de oxígeno, con el objetivo de mantener una saturación por encima del 93%.

¿Qué debo hacer cuando suena la alarma?

Siempre que suene la alarma se debe valorar al bebé y comprobar que la respiración y la coloración del niño son normales. En la mayoría de las ocasiones se tratará de falsas alarmas debidas a movimientos del niño o desconexiones del sensor.

¿Hasta cuándo va a necesitar mi hijo el oxígeno?

La duración de la necesidad de oxígeno depende de muchos factores y será distinta para cada niño, siendo el pediatra encargado del niño el que determinará hasta cuándo debe mantenerse. La retirada de oxígeno se hará de forma gradual.

Artículo publicado el  
11-4-2016, revisado por última vez el 18-6-2020
La información ofrecida en En Familia no debe usarse como sustituta de la relación con su pediatra, quien, en función de las circunstancias individuales de cada niño o adolescente, puede indicar recomendaciones diferentes a las generales aquí señaladas.