Vacuna del sarampión
El sarampión es la más temida de las enfermedades que se previenen con la vacuna triple vírica. Con dos dosis se alcanza una protección del 99 %
¿Qué es el sarampión?
Es una enfermedad vírica muy contagiosa y a veces grave, que produce fiebre alta con una erupción por todo el cuerpo, tos irritativa y conjuntivitis (ojos rojos). También se ven puntos con un halo rojizo en la mucosa de la boca que solo aparecen en esta enfermedad y se denominan manchas de Koplik. En ocasiones se complica con otitis, neumonía o afectación grave del cerebro (encefalitis).
En los últimos años, aunque se buscaba su erradicación, están aumentando los casos en Europa debido a que hay niños sin vacunar y a que es muy contagiosa.
El sarampión es todavía una causa importante de muerte infantil en África y Asia y se está extendiendo por la región europea de la OMS.
¿Qué vacunas hay contra esta enfermedad?
En Europa, la vacuna del sarampión se administra formando parte de la vacuna conocida como triple vírica (SRP), que va asociada a los componentes de las paperas (parotiditis) y la rubeola, o bien como tetravírica (SRPV), junto con el componente de la varicela.
La triple vírica y la tetravírica son vacunas de virus vivos debilitados (atenuados) en el laboratorio, de forma que no provocan enfermedad, pero sí una respuesta defensiva en quien la recibe y además de larga duración (memoria inmunológica).
¿Quién se debe vacunar?
La recomendación de la vacunación es universal, con 2 dosis de triple vírica separadas entre sí, al menos, un mes. La primera dosis debe administrarse una vez cumplidos los 12 meses de edad; si se recibe antes de los 11 meses por las circunstancias que sean (como cuando se viaja a un país que tenga sarampión), no se contabiliza.
Los adultos mayores pueden estar inmunizados de forma natural por haber pasado la enfermedad.
¿La Asociación Española de Pediatría (AEP) aconseja vacunar del sarampión?
La AEP recomienda la vacunación de todos los niños con 2 dosis de vacuna triple vírica (la segunda preferiblemente de tetravírica), que incluye entre sus componentes el del sarampión. La propuesta de la AEP es iniciar la vacunación a los 12 meses de edad y administrar la 2.ª dosis cuando se cumplan los 3 o 4 años, siguiendo la pauta de la comunidad autónoma donde se resida. La segunda dosis podría administrarse como vacuna tetravírica, si precisa protegerse también de la varicela.
Actualmente se está implantando la utilización de la vacuna tetravírica o SRPV (sarampión, rubeola, parotiditis y varicela) como segunda dosis, 12 CC. AA. ya lo hacen.
¿Cómo se administra la vacuna?
Se inyecta por vía subcutánea en el muslo o el brazo, según la edad.
Puede administrarse el mismo día que se reciben otras vacunas diferentes o bien con cualquier intervalo con ellas. La única excepción es la vacuna de la varicela y también la de la fiebre amarilla (para viajes internacionales) que, si no se ponen simultáneamente con la triple vírica, debe espaciarse un mes.
¿Cuáles son las reacciones adversas de la vacunación?
Los efectos adversos son poco frecuentes y leves. Al estar incluida en la vacuna combinada triple vírica deben ser tenidas también en cuenta otras reacciones secundarias debidas a los otros componentes. Puede haber fiebre moderada con o sin sarpullido, entre 5 y 15 días después de la vacunación. También, aunque raramente, se han encontrado casos de alteración transitoria de la coagulación (descenso de las plaquetas) o hinchazón de una articulación.
Aunque puede emplearse desde los 12 meses de edad, habitualmente se recomienda utilizar la tetravírica (SRPV) en niños de más de 2 años de edad, por su asociación a crisis febriles en pacientes predispuestos, por lo que se recomienda particularmente para la segunda dosis (3-4 años), evitando así un pinchazo.
Está claramente demostrado que no hay ninguna relación entre la vacunación con triple vírica y el autismo infantil.
¿Cuándo está contraindicada la vacuna?
La vacuna triple vírica estará contraindicada si se ha tenido una reacción alérgica grave con una dosis anterior o con algún componente de la vacuna (como la gelatina o los antibióticos que a veces contiene para evitar su contaminación).
Al ser una vacuna viva, también se debe evitar recibirla en el embarazo y se consultará con el médico si se tienen las defensas disminuidas por alguna enfermedad o si se recibe un tratamiento de fondo que las pueda debilitar (corticoides orales, etc.).
Por otra parte, si se hubieran administrado al niño derivados sanguíneos como sangre, plasma o inmunoglobulinas también se debe consultar, por si fuera preciso retrasar la vacunación.
La vacuna triple vírica y la tetravírica no están contraindicadas en los alérgicos al huevo, incluso aunque hubieran tenido una reacción anafiláctica al mismo, y no es en absoluto necesario haber ingerido huevo con anterioridad a la administración de la vacuna, como medida de seguridad.
[Artículo compartido con el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría]